Por Francisco Ortiz Pardo
Viernes 22 de septiembre, 16:45 horas. En la mesa de registro que los rescatistas tienen en la esquina de Gabriel Mancera y Concepción Beistegui está el reporte dado por familaires y vecinos sobre 47 desaparecidos, de los que aún puede haber atrapados en los escombros de los dos más grandes derrumbes que dejó el sismo del martes 19 en la Delegación Benito Juárez.
Una grúa de 500 toneladas indica con su enorme pluma el lugar exacto de la tragedia, entre el ir y venir (organizado y preciso) de los rescatistas, policías federales y marinos por el camino cercado en que se ha convertido el Eje Vial. El trabajo titánico para rescatar todavía personas con vida no da tiempo ni siquiera para el dolor.
Mientras tanto, a solo 120 metros de ahí, en Concepción Beistegui 814, cinco albañiles trabajan parados sobre la losa en el armado de las columnas para lo que será el tercer piso de un edificio, donde ya se venden departamentos desde 150 metros cuadrados, con acabados “de lujo”, con tres o cuatro lugares de estacionamiento y roof garden. Una obra de AGM Desarrolladores, según pone la publicidad.
Y es que el negocio inmobiliario no da tregua ni siquiera frente a la tragedia.
En Concepción Beistegui 814
El jefe delegacional Christian von Roehrich advirtió, primero en redes sociales y luego por televisión, que no se toleraría la actividad en ninguna obra de construcción, que si se les encontraba in franganti se les suspendería de inmediato y remitiría a los trabajadores ante las autoridades competentes. Ello, de acuerdo con la Declaratoria de Desastre emitida por el gobierno de la Ciudad de México.
Libre en el Sur constató que cinco obras de construcción operaban normalmente en las cercanías de los derrumbes de Eugenia y Edimburgo, en la colonia Del Valle.
La más grande de ellas, de Grupo Vayren, se encuentra en Amores 923. Es una construcción ya avanzada, de cuatro niveles pero con frente y fondo amplios. En la vialidad hay una caseta para dar informes sobre la venta de los departamentos. Había albañiles laborando en su interior y sobre las banquetas; otro más descolgaba medio cuerpo para pintar la fachada.
En Amores 756 se laboraba en una construcción en ciernes, en cuyo tapial está el nombre de Enrique Estrada como director responsable de la obra, que se anuncia de cuatro pisos.
Del otro lado, a espaldas de los edificios caídos, en Heriberto Frías 717, tres trabajadores soltaban en el arroyo vehicular largas varillas, en violación flagrante de la Ley de Cultura Cívica. Además tenían bloqueada la banqueta con cintillos. María del Pilar Prieto es la directora responsable de obra. “No nos han dicho nada”, fue la parca respuesta de uno de los albañiles para justificar su presencia allí mientras a unas cuadras se vive en la conmoción.
Heriberto Frías 717
En un edificio que abarca la esquina de Torres Adalid y Nicolás San Juan, justo frente al Centro Universitario –que ahora funciona más como centro de acopio en el que jóvenes entusiastas reciben y organizan la ayuda de la ciudadanía— se trabajaba en añadir un piso a los dos existentes, ya viejos.
En la planta baja hay establecimientos comerciales, cafetería uno de ellos, donde la empleada comentó que ya acudieron los de protección civil y que no hay ningún problema. Sí, nada más que ahí levantan paredes pese a la desgracia y la prohibición de las autoridades delegacionales. Y además sin exhibir ningún permiso de construcción.
(Foto superior: Obra de construcción en Amores 923)
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