Intentan amedrentar a Francisco Ortiz Pinchetti por defender la libertad de expresión.
Para reventar una conferencia de prensa, hostigan también a vocera de #SalvemosALaureno y a un músico que la acompaña.
STAFF / LIBRE EN EL SUR
Un intento de sabotaje y hostigamiento contra representantes del movimiento #SalvemosALaureano ocurrió este lunes en el predio de Miguel Laurent y Fresas, cuando un grupo de vecinos afines a la diputada Laura Ballesteros (MC) pretendió impedir la realización de una conferencia de prensa en la que se leería el posicionamiento ciudadano ante la declaratoria oficial del laurel centenario como Patrimonio Natural de la Ciudad de México.
Durante el incidente, el periodista Francisco Ortiz Pinchetti, director de Libre en el Sur, que acudió al lugar para cubrir para su medio la conferencia de prensa a la que habían convocado los voceros del movimiento vecinal, fue increpado con insultos por un sujeto que acompañaba a simpatizantes del “partido naranja”.
El agresor salió de entre los asistentes justo después de que Ortiz Pinchetti defendiera el derecho de Diana Sansores, vocera del movimiento, a dar lectura al comunicado frente a medios de comunicación.
El sujeto encaró de forma agresiva al periodista, que es adulto mayor, a quien llamó “pinche anciano” y le profirió improperios en tono retador.
Además de Ortiz Pinchetti, también fueron hostigadas por otras personas Diana Sansores, una de las voceras de #SalvemosALaureano, y Jesús Adrián Ruiz, músico que ha colaborado con el movimiento y presenta una discapacidad.
De acuerdo con testimonios, el conflicto comenzó cuando un vecino llamado Luis Trujillo, apareció con gafas oscuras y se aproximó a Sansores para descalificarla como vocera, argumentando que no era la persona indicada para encabezar la rueda de prensa.
El objetivo, según los activistas, era reventar el acto aprovechando la ausencia de las otras voceras del movimiento, Ariam Consuegra e Itzel García Muñoz, así como de la coordinadora operativa Maryperla Moreno, quienes en ese momento sostenían una reunión oficial con funcionarios de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) y de la Secretaría de Gobierno.
Los simpatizantes de Movimiento Ciudadano buscaron así aprovechar la coyuntura para desacreditar públicamente a #SalvemosALaureano y su demanda central: que en el predio adyacente al árbol —donde se pretende construir un edificio de 10 departamentos de lujo con precios a partir de los 7.5 millones de pesos— se construya en cambio un parque vibracional y un huerto urbano.
Ortiz Pinchetti dijo que presentará una denuncia de hechos ante la Fiscalía y responsabilizó al partido Movimiento Ciudadano de cualquier nueva agresión contra su persona o los colaboradores de Libre en el Sur.
Además de diferentes constancias públicas, de la vinculación del grupo que buscó reventar la conferencia de #SalvemosALaureano con la diputada federal no hay duda. Tanto que este mismo lunes, en un comunicado, sus vecinos simpatizantes pusieron: “La preservación de “Laureano”, en beneficio del medio ambiente, fue reconocida por la diputada federal Laura Ballesteros, legisladora de Movimiento Ciudadano (MC) y el coordinador de la bancada naranja en el Congreso de CDMX, quienes acompañaron a los vecinos en el proceso legal, y mencionaron la importancia de sentar un precedente en la defensa del arbolado urbano en la capital”.
La declaración que no protege
En el comunicado que finalmente logró leerse ante medios, el movimiento #SalvemosALaureano advirtió que, pese a la publicación este lunes en la Gaceta Oficial de la declaratoria que reconoce al laurel como Patrimonio Natural, dicha medida no garantiza su protección real y podría prestarse a una simulación legal que permita la continuación del proyecto inmobiliario.
“El propio considerando noveno afirma que se busca garantizar su conservación para las generaciones presentes y futuras, fomentando su cuidado, su salud y su estabilidad”, señala el texto. “Pero esa promesa se diluye en la ambigüedad normativa. No hay una sola línea que impida la obra”.
El colectivo vecinal criticó que el decreto se limita a declaraciones generales sujetas a “criterios técnicos” y a la “normativa vigente”, sin establecer límites claros ni impedir expresamente la construcción sobre las raíces del árbol. Tampoco se menciona el ancho de copa del laurel —que alcanza casi 20 metros— ni la zona de raíces, que se extiende bajo buena parte del predio y cuya afectación podría matarlo.
Además, el numeral cuarto del decreto supedita la preservación del árbol a un “Plan de Manejo concertado” entre autoridades, promoventes de la declaratoria, poseedores del predio y otras instituciones, lo que implica negociar con actores con intereses abiertamente contrapuestos, incluyendo a quienes han promovido la tala y la construcción.
Por ello, el movimiento afirmó que la declaratoria “no representa una victoria para el medio ambiente ni para la ciudadanía”, sino una estrategia institucional para que el gobierno “se lave las manos mientras sigue avanzando un proyecto que pone en riesgo al árbol, al colorín vecino —especie amenazada bajo la NOM-059-SEMARNAT-2010— y a toda la vocación ambiental del barrio”.
El movimiento ha advertido la intromisión y el protagonismo de la diputada Ballesteros, que presume la declaratoria como un logro de su partido y no de los vecinos.
Festejo político y exclusión vecinal
Mientras las voceras se encontraban reunidas con el gobierno capitalino, la diputada Laura Ballesteros celebró públicamente la publicación de la declaratoria, agradeciendo al gobierno encabezado por Morena como si se tratara de una conquista institucional propia.
A ello se suma el respaldo que colectivos como el Frente de Vivienda Joven y otras agrupaciones contra la gentrificación han expresado al movimiento #SalvemosALaureano, al considerar que se trata de una causa ambiental y social compartida.
“El movimiento no se acomoda a partidos políticos ni a agendas personales”, reiteraron los vecinos. Recordaron además que han interpuesto denuncias formales ante la Profepa y exigen el cumplimiento del pliego ciudadano de seis puntos. Entre ellos, la creación del parque vibracional y el huerto urbano es considerada la única garantía real de preservación del árbol y un homenaje a los miles de ejemplares derribados en la ciudad.
“Queremos un parque en el antiguo pueblo originario de San Lorenzo Xochimanca, identidad viva de la colonia Tlacoquemécatl del Valle, que fue tierra de floricultores y hoy es tratada como botín del negocio inmobiliario”, concluyeron. “No más edificios que representen el concreto, la gentrificación y el despojo”.
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