La delegación Benito Juárez ocupa el segundo lugar en casos de robo del cableado que alimenta de energía eléctrica a los trolebuses, delito que ha crecido exponencialmente en los últimos tres años, pues en 2008 el Gobierno del Distrito Federal registró la sustracción de 2.81 kilómetros, mientras que, en lo que va del año, ya suman 20.45 kilómetros, es decir aumentó 627 por ciento.
Según reporta el diario ‘Reforma’, dicho material equivale a la décima parte de la red, que abarca 213.29 kilómetros, y ha ocasionado pérdidas por 6 millones 125 mil 653 pesos. Además, ha generado fallas en las nueve líneas del Trolebús y molestias a los usuarios, de acuerdo con un informe de la Dirección Jurídica del Servicio de Transportes Eléctricos (STE).
“De 2008 a la fecha (7 de noviembre de 2010), el número de reportes de robo de cable ha tenido un comportamiento creciente, afectando directamente a nuestros usuarios y a la imagen del organismo por la suspensión temporal del servicio originado por estos hechos”, se lee en el documento.
El diario indica que durante 2008, el STE inició 65 averiguaciones previas por robo de cableado ante la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF). Este año se han contabilizado 202 denuncias y han sido detenidas 60 personas, de las cuales sólo una fue sentenciada y el resto están sujetas a proceso por robo, pero se encuentran en libertad bajo fianza.
La Delegación donde se registra el mayor índice de este delito es Iztapalapa, con 102 averiguaciones en lo que va del año, seguida por Benito Juárez, con 28; Gustavo A. Madero, con 24, y Cuauhtémoc, con 16. Los reportes indican que los ladrones operan en cuadrillas, preferentemente por las noches. Utilizan escaleras para alcanzar los conductores y con herramienta especial o, incluso, con tijeras industriales, cortan los cables mientras que dos o tres cómplices suben el botín a una camioneta.
También se ha detectado, agrega ‘Reforma’, que los delincuentes cortan, la mayoría de las ocasiones, la línea eléctrica negativa, la cual no tiene energía e, incluso, algunos visten chamarras con logotipos similares a los que usan los empleados de la cuadrillas de Transportes Eléctricos. El material robado por lo general es vendido por kilo en locales de las delegaciones Iztapalapa, Álvaro Obregón, Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza, en precios que oscilan entre los 80 y los 150 pesos por kilo. Operadores de trolebuses coincidieron en que el robo del cableado es un problema, porque afecta a los usuarios, pues éstos buscan rapidez en el servicio, además de que es económico. “Los rateros quitan los cables y eso no nos permite seguir la ruta, pero en los trolebuses tenemos un mecanismo que avisa, por medio de una especie de tablero, donde no hay luz o se llevaron el cable. Después, nos mandan una cuadrilla para que nos auxilie, pero sí es molesto que roben el cable, porque los pasajeros te empiezan a reclamar como si uno fuera el responsable”, mencionó Roberto, operador de un trolebús en la Delegación Benito Juárez.
comentarios