STAFF / LIBRE EN EL SUR
Una anciana bajita, enjuta, se aproxima al salón azul del Centro Urbano Miguel Alemán, en la Alcaldía Benito Juárez, acondicionado este domingo para la instalación de dos casillas de la consulta popular organizada por el INE.
El ánimo de emitir su opinión sobre la procedencia de juzgar actos del pasado le dura siete, ocho pasos, cuando la afable presidenta de la casilla, ella notoriamente más entusiasmada de ver llegar a una votante al desolado sitio, le solicita su credencial de elector. “¿Se necesita?” –pregunta la octogenaria vecina. “No, no la traigo”.
Están a punto de dar las 18 horas que marcan el fin de la jornada de participación cívica que, al menos en esta Alcaldía Benito Juárez, ha sido desairada, lo mismo en Nativitas que en la Álamos, en Portales y en Narvarte. En la propia colonia Del Valle.
La escena en el CUPA es como un espejo: La amplísima explanada que se cruza esta tarde es mucho más grande con el silencio. Solo un vecino con su niño patea la pelota contra la alta barda en que está pintado un colorido mural, acaso lo único que alegra el ambiente de un nostálgico chipi-chipi.
El CUPA, al que sus habitantes llaman cariñosamente “el multi” en un símbolo en esta alcaldía,. Concebido por el genial arquitecto Mario Pani hace 74 años, sus 1,100 viviendas han resistido con sus moradores tres terremotos y también el ruido de los políticos de toda clase de colores que han disputado sus votos a lo largo de décadas. Hoy los habitantes del CUPA optaron por un domingo cualquiera.
La funcionaria de la casilla que ha debido negar por ley la posibilidad de emitir su opinión a una ciudadana que con pasos parsimoniosos se decidió acudir de último momento, lamenta, confiesa, sin perder la sonrisa de su amabilidad, el dato que revela su frustración: De 3,000 nombres que estaban inscritos en las listas nominales de las dos casillas, apenas se habrían emitido unos 200 “votos”. Eso significa un 6.6% de participación.
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