STAFF / LIBRE EN EL SUR
Un grupo de académicos y alumnos del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, encabezados por los historiadores del arte Renato González Mello y Elsa Arroyo Lemus, realizaron una revisión sobre el valor estético y las alternativas para la conservación y uso del Centro SCOP, infraestructura que hasta 2018 alojó a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
De los resultados del análisis, realizado entre 2018 y 2019, se determinó la participación de los especialistas universitarios en los estudios para determinar la factibilidad del traslado de sus murales y de la intensión de demolición de esa infraestructura, cuyas expresiones plásticas atrajeron la sensibilidad popular.
Expresaron que se trataba de un conjunto que caracterizó a las artes plásticas de México de mediados del siglo XX, diseñado por Carlos Lazo, Augusto Pérez Palacios y Raúl Cacho, y construido entre 1952 y 1954.
Fue revestido por murales de José Chávez Morado, Juan O’Gorman, Jorge Best, Arturo Estrada, Luis García Robledo, José Gordillo y Guillermo Monroy, además de un conjunto escultórico de José de Jesús Francisco Zúñiga y Rodrigo Arenas Betancourt.
Renato González Mello y Elsa Arroyo recordaron que, como resultado del sismo del 19 de septiembre de 2017, numerosos monumentos con valor artístico quedaron seriamente dañados; uno de ellos fue el conjunto de edificios que alojó a la SCT, motivo por el cual se anunció que sería demolido y sus decoraciones enviadas al aeropuerto que se planeaba construir en Texcoco.
Ante esa posibilidad, los integrantes del Seminario de Estudio y Conservación del Patrimonio Cultural del IIE propusieron, en primera instancia, la realización de estudios para determinar su viabilidad, así como la probable demolición de esa infraestructura.
“No nos parecían lo suficientemente argumentadas y fundamentadas esas decisiones; hicimos notar que el traslado de un monumento es una de las medidas de conservación que todos los documentos internacionales recomiendan dejar como última recurso”, puntualizó González Mello.
Elsa Arroyo mencionó que después del sismo de 2017 uno de los objetivos del grupo de investigación fue comprender el grado de afectación a la infraestructura del Centro SCOP y determinar cuáles habían sido las acciones de rehabilitación que se realizaron después del terremoto de 1985.
“Sabíamos perfectamente que éste había sido uno de los edificios más dañados, por lo que nos dimos a la tarea de develar, a través de fuentes históricas, fotos y testimonios publicados en distintos medios de comunicación, entre otras fuentes, qué había ocurrido después de ese colapso”.
En 1988 se demolió la mitad superior de la infraestructura; es decir, cinco de los diez pisos originales, lo que significó que hubo un trabajo de recuperación de al menos 50 por ciento de los murales, acotó la académica universitaria.
En ese sentido, abundó, un proyecto como este busca contribuir a identificar esos problemas y los desafíos que enfrenta la rehabilitación patrimonial, tarea nada simple porque se trata de recursos económicos y de entender qué se pretende con la rehabilitación de los edificios, “hasta dónde vamos a respetar su integridad o a utilizar lo que se conserva para construir, a partir de ahí, una nueva zona de monumentos”.
Al respecto, Renato González detalló que parte del proyecto fue hacer una revaloración de la opinión de los habitantes circundantes al Centro SCOP, qué piensan sobre el conjunto y sus decoraciones, labor que realizó Francisco Alvarado, uno de los estudiantes que participó en el proyecto y cuya tarea fue documentar el lugar que ocupa el conjunto arquitectónico en la memoria colectiva de la comunidad aledaña al conjunto de edificios.
Explicó que parte de los resultados del plan es la titulación de los estudiantes participantes a través de ensayos, los cuales están prácticamente concluidos, cada uno de éstos formará parte de un capítulo de una obra que se publicará en cuanto el resto de los jóvenes tesistas concluyan su proceso de titulación.
La introducción a dicho texto estará a cargo de ambos investigadores y en ella expondrán los criterios de restauración y cómo debe entenderse el rescate de las obras originales y sus réplicas, cómo interactúan las leyes y la ética de la conservación, entre otros temas.
Elsa Arroyo mencionó que otro de los productos en los que se trabajó dentro el seminario fue la colaboración con las autoridades del INBA, en la generación de la declaratoria de Patrimonio Artístico del Centro SCOP, una labor de muchos meses en la que también intervinieron activamente los alumnos.
En ese sentido, el historiador universitario resaltó que la declaratoria tiene un avance de 90 por ciento, corresponde a las autoridades concluirla. “Estamos contentos porque aceptaron trabajar con un grupo de estudiantes universitarios, fue una colaboración afortunada que ha dado buenos resultados”.
Francisco Alvarado explicó que su participación se basó en comprender cómo ha sido la relación de la comunidad con el Centro SCOP en tres momentos históricos: su creación en 1954, su ocupación y el acceso a las fuentes escritas, así como la situación del conjunto después del terremoto de 1985.
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