¿Después de todo lo que les he compartido queridos Reyes se dan cuenta porque es tan importante el regalo de la humildad?
POR MARIANA ORTIZ CASTAÑARES
Queridos Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar:
Hola, me llamo Psicología, pero eso seguramente ya lo sabían porque son reyes y son magos. Yo sé que ustedes fueron guiados por una estrella por lo que les quiero pedir que nos compartan esa guía. Como son grandes sabios y astrólogos, pueden guiarnos para tomar decisiones que nos orienten a alcanzar nuestra salud y nuestros objetivos. Esa estrella, que ustedes conocen cómo interpretar para que sea una brújula, nos puede llevar a nosotros también a cuidar lo que es importante y no distraernos tanto con las cosas pequeñas: nuestra salud, nuestra familia, nuestras amistades y relaciones importantes. También he estudiado, junto con algunos colaboradores míos, la importancia del sentido para nuestro bienestar y felicidad. Ustedes encontraron sentido en buscar el Amor y se dejaron guiar. Nosotros, a veces, estamos perdidos y no le vemos el sentido a nuestra vida… nos quedamos solos y sin esperanza. A veces, nosotros perdemos el rumbo, por lo que tener una guía segura es un regalo que nos ayudara mucho.
En muchos retratos que he visto de ustedes, aunque aparecen vestidos con grandes y vistosos trajes y tienen séquitos que los sirven pues son reyes, se hincan humildemente frente al Amor, la Verdad y la Belleza. Sería un regalo maravilloso que nos compartieran algo de esa humildad para aprender a vernos como parte de un todo: La familia, el trabajo, el país y el mundo. Nosotros no somos reyes, pero nos creemos los dueños del mundo y si no nos tratan como una persona especial como si fuéramos el centro del universo nos enojamos. También, como nos sentimos tan especiales, matamos y destruimos para satisfacernos a nosotros mismos. Aunque en muchos estudios que he hecho la humildad se muestra como una habilidad fundamental para nuestro desempeño y adaptación, incluso por encima de nuestra inteligencia, la cual seguimos confundiéndola con debilidad. No nos damos cuenta de que sin ella no vemos que hay realidades más importantes que nosotros y tampoco podemos reconocernos como falibles, por lo que no aprendemos de nuestros errores. Nos volvemos necios e inflexibles, como si ustedes se hubieran quedado en sus palacios esperando que la Felicidad llegara a ustedes en lugar de salir de su área de confort y buscarla con esfuerzo. Por eso es tan importante el regalo de la sencillez y la humildad, de esa manera nos volveremos más empáticos y flexibles para adaptarnos y pensar más en los demás y en nuestro planeta, que por cierto hemos descuidado haciendo gala del egoísmo que nos caracteriza, al punto de ponerlo en riesgo sin que nos importen las consecuencias.
He estudiado mucho cómo la rigidez nos destruye, mientras que la flexibilidad nos abre posibilidades individuales y colectivas. Algo que caracteriza a los seres humanos es que somos temerosos, nos refugiamos en nuestros miedos para justificar nuestros fracasos, acostumbrados a repetir patrones aprendidos y obligar a los otros a actuar como nosotros queremos o decidimos que las cosas tienen que ser. No nos damos cuenta de que, como algunos colegas míos han dicho, la humildad puede ser el antídoto para nuestro narcicismo destructivo. ¿Después de todo lo que les he compartido queridos Reyes se dan cuenta porque es tan importante el regalo de la humildad?
También me han platicado que ustedes llevaban tres grandes regalos: Oro, incienso y mirra. El oro es el regalo que se le da a los reyes para reconocer su realeza y grandeza. Nosotros no necesitamos oro como metal precioso, la libertad es nuestro metal más precioso y muchas veces renunciamos a él por someternos a nuestros propios deseos destructivos o a los demás para complacernos y no sentirnos tan solos. Nos cuesta trabajo ser libres, no en el sentido de hacer lo que queramos, sino para orientarnos más a la autodeterminación, autonomía y espontaneidad para la que estamos creados. Nos paralizamos ante cosas externas que nos controlan y nos perdemos a nosotros mismos frente a ellas. Ustedes fueron libres de atravesar el planeta entero para encontrar lo que buscaban… algo de esa libertad nos vendría bien igualmente.
La tradición dice que el incienso se usaba como ofrenda para Dios, cuando ustedes ofrecieron incienso a Jesús querían hacer patente el reconocimiento a su divinidad y su cualidad como legítimo hijo de Dios. ¿Qué sería para nosotros el incienso? ¿Nos serviría para encontrar un espacio divino en nosotros? Hoy en día, en mi campo, están resurgiendo muchas tradiciones que se fundamentan en prácticas religiosas: La meditación, la respiración, el silencio, etcétera. Todas ellas como prácticas terapéuticas. Puede ser que necesitemos más ese reconocimiento de la divinidad para alcanzar la serenidad requerida para nuestro bienestar.
Finalmente, la mirra que era usada por los judíos para embalsamar cadáveres y es símbolo de lo humano que nos recuerda que nuestra humanidad es limitada pues al final sólo hay una cosa de lo que podemos estar seguros y es que moriremos como todos los seres humanos. ¿Para qué necesitamos acordarnos de esta realidad tan dura? El recordar que vamos a morir es una práctica que ha estado en la historia de la filosofía y ahora también en la mía. No es una práctica para deprimirnos y estar tristes, sino para que volvamos nuestra atención a lo importante y replanteamos permanentemente nuestras prioridades y, por lo tanto, el sentido de la vida. Cuando vivimos ajenos a esta realidad, se nos olvida y, por lo tanto, se nos olvida vivir la vida que queremos vivir. Si puedo no amanecer mañana, ¿qué tengo que hacer hoy? La pregunta nos hace más libres de escoger lo que creemos importante y nos da cierto sentido de urgencia al respecto. Otro gran regalo que podría yo usar en mi vida cotidiana.
Pues creo que ya les he pedido demasiado, pero todo es importante para mi trabajo. Mi responsabilidad es acompañar a otros a encontrar esa libertad, flexibilidad y autenticidad. Y en este tiempo de pérdida y reflexión que nos ha dejado la pandemia por Covid 19 encuentro más necesario que nunca hacer este pedido especial que resulta indispensable para seguir buscando el cómo enfocarnos en las cosas realmente importantes de la vida y aquilatar mucho más a quienes nos rodean. Desprendernos poco a poco a través de un trabajo de conciencia del egoísmo y recuperarnos como especie en el sentido más profundo del ser. En este difícil tiempo quiero que sepan que he hecho lo mejor que he podido, pero todos estos regalos me ayudarían mucho. Así que dejo esta carta en mi zapato para que la lean y si creen que, aunque me he podido equivocar en ocasiones, he tenido el mejor propósito de corazón por ayudar y aliviar el dolor de los demás. Les aseguro que la intensión de tener estos regalos es para compartirlos con quienes me consultan deseando desde lo más profundo en quien lo reciba.
Siguiendo la tradición les dejo agua y pan para los camellos, y una copita de licor para que ustedes recuperen fuerzas.
Con cariño,
Psicología
PD. Si pueden también les encargo muchos dulces, pues también me toca llenar de alegría los corazones y qué mejor que millones de dulces para hacerlo.
Psicóloga.
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