Es el pez más grande del mundo, se alimenta de plancton y recorre grandes distancias
Hay importantes similitudes entre las especies del Golfo Arábigo, el Océano Índico occidental, el Golfo de California y México.
ANDRÉS ZIMBRÓN
El pez más grande del mundo, el tiburón ballena, es un gigante que su principal fuente de alimento es el plancton que se puede encontrar solo o en grupos en todos los océanos tropicales. Sin embargo, a pesar de ser una especie altamente migratoria, se sabe poco sobre cómo las diferentes poblaciones del mundo interactúan entre sí.
Una situación así dificulta los esfuerzos por conservar las especies y el objetivo de proteger al tiburón que se encuentra en la lista de animales en peligro de extinción. Héctor Guzmán, biólogo marino del Instituto Smithsonian de Investigadores Tropicales, Caitlin Beaver del Servicio Geológico estadounidense y Edgardo Díaz-Ferguson de la Estación Científica de Coiba decidieron cerrar la brecha de conocimiento.
Al bucear en las costas del Pacífico de Panamá, Guzmán recolectó muestras de tejido de 21 tiburones, el resto del equipo analizó los genes del animal acuático los cuales eran muy diversos. Según los científicos, las poblaciones de tiburones ballena que se encuentran en el Golfo Arábigo, el Océano Índico occidental, el Golfo de California y México tienen importantes similitudes.
Los resultados sirvieron como una muestra para comprender la línea de diversidad genética y la conectividad poblacional de esta especie. “Con estos hallazgos podemos desentrañar los patrones de migración y conectividad genética de los tiburones ballena transitorios”, explicó Díaz-Ferguson al medio Frontiers in Marine Science.
Estos resultados también sugieren que los tiburones ballena viajan largas distancias y que las medidas de conservación transfronterizas, por ejemplo los corredores marinos, pueden ser efectivas para la conservación de las especies. “Nuestra comprensión de la ecología de los grandes vertebrados marinos aumentó significativamente debido a los avances de la bio-tecnología para estudiar su comportamiento”, subrayó Caitlin Beaver.
Para lograr estos hallazgos, el equipo de trabajo utilizó transmisiones satelitales a fin de rastrear los movimientos de los tiburones ballena a través de las cuencas oceánicas. Además, se utilizó un sistema de monitoreo para analizar los patrones de uso del hábitat con el objetivo de saber cuáles son las áreas de distribución de especies y la explotación pesquera.
Aunque los tiburones ballena son animales que viajan en solitario, también se pueden encontrar en grupos en ciertas regiones. Por ejemplo, en el Golfo de México, donde la temperatura del mar es templado y tiene una alta abundancia de presas en las zonas costeras.
Si bien, el conocimiento sobre los patrones de movimiento y el uso del hábitat para los tiburones ballenas todavía sigue siendo una incógnita, los investigadores han hecho un importante hallazgo. Hoy en día se sabe que en ciertas regiones de los océanos puede localizarse a este animal prehistórico. De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) el número de tiburones disminuyó a la mitad en los últimos 40 años.
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