El Día de Crear tu Propio País tiene como objetivo fomentar la creatividad y el pensamiento crítico. Es el ejercicio de explorar el mundo a partir de la creación de otro.
STAFF / LIBRE EN EL SUR
Una conmemoración mundial curiosa y poco conocida es la del 22 de noviembre y que consiste en crear tu propio país. Aunque parece un simple juego en el que ya es ganancia la diversión, la idea también ha servido para una pedagogía con estudiantes y a la vez un motivo para proyectar en foros internacionales ideas para un mejor mundo.
Por tal motivo, Libre en el Sur ha convocado a sus relatores a imaginar sin límites su propio país, más allá de la cantidad de palabras que impone la tiranía del espacio. Que este juego al que invitamos a nuestros lectores –muy en serio– en la edición de noviembre nuestra revista digital, sea para que ellos también se animen a inventar su nación. A partir de este martes estaremos publicando la versión en línea de los cinco textos.
El Día de Crear tu Propio País, que así es el título oficial, tiene como objetivo fomentar la creatividad y el pensamiento crítico. Es el ejercicio de explorar el mundo a partir de la creación de otro. Involucra temas como gobierno y poder, leyes y normas, cultura y sociedad, recursos naturales y geografía, economía y relaciones internacionales.
La conmemoración tiene su origen en los ideales de renovación y futuro definidos en la Feria Mundial de Nueva York, en 1939, donde se buscó presentar al mundo nuevas tecnologías, formas de vida y visiones para un futuro mejor, e incluyó en su temática la posibilidad de crear nuevas naciones. A través de sus pabellones se reflexionaba sobre cómo el mundo podría ser diferente.
Llevado el juego a la realidad, en el mundo se han creado efectivamente nuevos países que no son reconocidos por los estados nacionales. Se le llaman micronaciones, de las que hay ¡alrededor de 400! en el mundo. Harry Hobbs, profesor de Derecho en la Universidad de Sidney define a las micronaciones como aquellas “naciones autodeclaradas que realizan e imitan actos de soberanía y adoptan muchos de los protocolos de las naciones, pero carecen de una base en el derecho nacional e internacional para su existencia, y no son reconocidas como naciones en foros nacionales o internacionales”. El medio electrónico Infobae consignó la diversidad de micronaciones, desde aquellas donde hay objetivos serios en favor de una mejor forma de vida hasta aquellas que francamente resultan chuscas:
El Reino Gay y Lésbico de las Islas del Mar de Coral, por caso, visibilizó una protesta política contra las leyes que discriminaban al colectivo LGBTQI en Australia. El Estado Independiente de Aramoana se formó para proteger al entorno de una región en la Isla Sur de Nueva Zelanda de una fundición de aluminio. La República Libre de Liberland parece un intento de crear realmente un nuevo país en una tierra que ningún estado reclama. Y después están los que son más bien “performativos”. La República de Molossia, El Principado de Wy en Sydney y el Reino de Lovely en Londres son intentos de divertirse un poco y, ¿por qué no?, ganar dinero con la atracción de turistas.
Relatos de Itzel García Muñoz, Ivonne Melgar, Francisco Ortiz Pardo, Leticia Robles de la Rosa y Patricia Vega.
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