Afectación se daría aún cuando los sitios más violentos no son destinos turísticos internacionales importantes
Antes de la pandemia el sector turístico representaba el 8% de la economía y generaba siete millones de empleos. En 2019 hubo 45 millones de visitantes extranjeros. Esos niveles serán recuperados hasta finales del 2023.
STAFF / LIBRE EN EL SUR
La alerta de viaje a México por altos índices de violencia e inseguridad y la COVID-19, emitida por el gobierno de Estados Unidos recientemente, podría afectar la actividad turística de nuestro país, afirmó Gustavo López Pardo, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.
Lo anterior, aun cuando las cinco entidades marcadas con nivel 4 de riesgo (“no viajar”): Colima, Guerrero, Michoacán, Sinaloa y Tamaulipas; y las 11 clasificadas con nivel 3 (“reconsiderar viajar”): Baja California, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Jalisco, Estado de México, Morelos, Nayarit, Sonora y Zacatecas, no son los principales destinos del turismo internacional.
“Los lugares que son sometidos a una alerta de este tipo por un país extranjero podrían recibir una afectación, por un efecto de inercia en los visitantes nacionales”, consideró el académico.
El experto recordó que el turismo es una actividad importante para la economía del país y representa un porcentaje significativo del Producto Interno Bruto que, en los mejores momentos, antes de la pandemia, era de aproximadamente ocho por ciento, además de que genera casi siete millones de empleos de manera directa e indirecta.
Al territorio mexicano arriban visitantes del mundo, principalmente de la Unión Americana, Canadá, Reino Unido y de otros países de Europa, quienes con su consumo contribuyen a la captación de divisas que se utilizan para el desarrollo nacional. Cualquier acción negativa podría representar graves impactos en esa actividad en general y, en particular, en los destinos citados.
Las entidades mencionadas por el Departamento de Estado de los Estados Unidos reciben más turismo nacional. Según cifras de DATATUR de la Secretaría de Turismo y del INEGI, casi 60 por ciento de los extranjeros se concentran en la Riviera Maya, incluido Cancún, a donde llegaron más de 12 millones de pasajeros, nacionales e internacionales, en 2019. Otros destinos preferidos del orbe son Los Cabos y la Ciudad de México.
Gustavo López expuso que en 2020 México se posicionó en la tercera nación que captó más turistas internacionales. “La caída del turismo mundial por la pandemia fue de casi 75 por ciento, pero también hubo una redistribución de la preferencia en los viajes, a partir de las facilidades o el endurecimiento de las restricciones de movilidad y entrada de extranjeros en cada destino”. En nuestro país no ha habido muchas restricciones para arribar, a diferencia de otros.
Aunque no significa que será así de manera permanente, conforme se recobre la actividad turística mundial, otras naciones podrían recuperar el sitio que tenían antes de la emergencia sanitaria cuando, por ejemplo, nuestro país ocupó el séptimo lugar en la lista de los principales receptores, consideró.
López Pardo señaló que para este año aún no hay suficientes datos; sin embargo, se estima que cerrará con una captación de 14.2 mil millones de dólares por ese concepto.
En 2019 se registraron 45 millones de visitantes internacionales en nuestro territorio; en 2020, 24.8 millones y en 2021 podrían llegar a 28.4 millones; o sea que hay una recuperación, “pero nada comparable con la situación que prevalecía antes de la pandemia”. En términos de turistas y de recursos generados, esta actividad económica empieza a repuntar de manera modesta, pero creciente.
Además, no hay que perder de vista la importancia de los viajeros nacionales. De hecho, una parte considerable de la actividad se sostuvo por los visitantes locales. Por ejemplo, los datos señalan que hubo incremento de la movilidad hacia Cancún, sitio que registró cuatro millones de extranjeros y 4.1 millones de mexicanos, en 2020.
Los destinos de sol y playa tienen la infraestructura adecuada. Sitios como Huatulco, Los Cabos, Ixtapa Zihuatanejo, entre otros, están consolidados y manejan protocolos de seguridad sanitaria adecuados.
También hay destinos tradicionales como Veracruz, Acapulco o Manzanillo que forman parte de la preferencia nacional y donde los grandes hoteles, en particular, aplican las medidas sanitarias, “porque es la única manera de recuperar la confianza de los visitantes”. Además se procura la salud y seguridad de las poblaciones locales y de los trabajadores de la industria turística.
“En México existe una gran oferta: pueblos mágicos, ecoturismo o turismo de aventura, son otras opciones con servicios de gran calidad”, manifestó.
Este sector recuperará los niveles que tenía antes de la emergencia sanitaria hasta finales de 2023, según estimaciones de la Organización Mundial del Turismo, sólo si se logran detener las nuevas manifestaciones de la pandemia. Por ello, hay que fortalecer el turismo doméstico y desarrollar estrategias que permitan incrementar la movilidad nacional, finalizó López Pardo.
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