Libre en el Sur

Cumple 470 años devoción a San Lorenzo Mártir

Inician celebraciones patronales en  el antiguo pueblo de San Lorenzo Xochimanca, en la alcaldía Benito Juárez.

El testimonio de este santo mártir, nacido en España en la primera mitad del siglo III, está caracterizado por la piedad y la caridad. Aquí, su historia.

STAFF/LIBRE EN EL SUR

Con la presencia de las reliquias del santo, este martes dieron principio las festividades patronales en honor de San Lorenzo Mártir, en su templo de la colonia Tlacouemécatl del Valle de la alcaldía Benito Juárez.

La devoción por este santo se remonta a los inicios de la Colonia y cumple ya, este 2024, 470 años de tradición en el antiguo pueblo de Xochimanca donde se ubica su capilla. .

El templo franciscano fue erigido a fines del siglo XVI por los misioneros franciscanos y está catalogada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) como Monumento Histórico desde 1930..

Está ubica en el parque que lleva su nombre, un jardín protegido por la Ley de Patrimonio Cultural de la Ciudad de México, entre las calles San Lorenzo, Fresas, Magnolias y Manzanas, a una cuadra de la avenida Insurgentes Sur.

Lorenzo de Roma, como es conocido, nació el 31 de diciembre de 225 en Huesca, España. Falleció el 10 de agosto de 258, tras sufrir martirio y ser quemado vivo en una parrilla.

Según la página oficial del Vaticano, el testimonio de este santo mártir, nacido en España en la primera mitad del siglo III, está caracterizado por la piedad y la caridad. El Papa Sixto II, tras su elección, le confía la tarea de archidiácono. Como responsable de las actividades caritativas en la diócesis de Roma, San Lorenzo administra los bienes y las ofertas para ayudar a los pobres, huérfanos y viudas.

En su juventud, su camino fue truncado por el drama de la persecución: en el año 258 d.C. se proclamó el edicto del emperador Valeriano por el que todos los obispos, presbíteros y diáconos deben morir. San Lorenzo fue capturado junto a otros diáconos y al Papa Sixto II. El Pontífice fue asesinado el 6 de agosto. El emperador prometió a Lorenzo que salvaría su vida si le entregaba “los tesoros de la Iglesia”. El Santo  mostró al emperador los enfermos, indigentes y marginados. Estos, afirmó, son los tesoros de la Iglesia. Cuatro días más tarde, el 10 de agosto, también san Lorenzo fue martirizado.

Según narra una antigua “pasión” recogida por san Ambrosio, san Lorenzo fue quemado en una parrilla. San Ambrosio, en el “De Officiis”, imagina un encuentro entre Lorenzo y el Papa Sixto II camino del martirio. En el encuentro, Lorenzo dice: “¿Dónde vas, padre, sin tu hijo? ¿Hacia dónde te apresuras, santo obispo, sin tu diácono? Tú nunca ofreciste el sacrificio sin tu ministro. ¿Qué te disgustó de mí, padre? ¿Tal vez me consideras indigno? Ponme a prueba, para ver si has escogido un ministro indigno para la distribución de la Sangre del Señor. ¿Negarás a aquel que admitiste a los misterios divinos que sea tu compañero en el momento de verter la sangre?

Su martirio fue una prueba suprema de amor. San León Magno, en una homilía, comenta de esta manera el suplicio de san Lorenzo: “Las llamas no pudieron vencer la caridad de Cristo; el fuego que lo quemaba era más débil que el que ardía en su interior”. Y agrega: “El Señor quiso exaltar hasta tal punto su nombre glorioso en todo el mundo, de Oriente a Occidente, que la misma gloria que vino a Jerusalén a causa de Esteban, tocó también a Roma por mérito de Lorenzo”.

Tras su muerte, el cuerpo de San Lorenzo fue colocado en una tumba en la vía  Tiburtina. En ese lugar, el emperador Constantino erigió una Basílica, restaurada en el siglo XX después de los daños provocados por el bombardeo americano sobre Roma el 19 de julio de 1943, durante la Segunda Guerra Mundial. En el lugar donde tuvo lugar el martirio se construyó la iglesia de San Lorenzo en Panisperna. Según algunas fuentes  el nombre de Panisperna deriva de la costumbre de los frailes y las clarisas

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