Un programa con fines humanitarios no debería sujetarse a fallas operativas
STAFF / LIBRE EN EL SUR
Una vez más, la operación administrativa de los programas sociales tropieza con el calendario oficial. Esta vez, los adultos mayores del país —beneficiarios de la Pensión para el Bienestar— fueron dejados sin el depósito puntual de sus apoyos correspondientes al bimestre mayo-junio, debido a que los días 1 y 5 de mayo fueron feriados bancarios. La dispersión, que suele realizarse en los primeros días del mes, comenzará hasta el miércoles 7 de mayo.
La Secretaría del Bienestar atribuyó el retraso a las fechas conmemorativas, aunque no explicó por qué no se tomaron previsiones para garantizar el cumplimiento oportuno, como en otras ocasiones. La medida ha generado molestias entre los adultos mayores, especialmente aquellos que dependen de ese recurso para solventar gastos de salud, alimentación o renta. Aunque la dependencia aseguró que los pagos están garantizados y se realizarán de forma escalonada hasta el 30 de mayo —según la letra inicial del primer apellido—, no es la primera vez que la logística institucional deja esperando a quienes más lo necesitan.
En los estados de Veracruz y Durango, los beneficiarios no recibirán ningún pago en mayo debido a la veda electoral impuesta por los comicios locales. En esos casos, se aplicó un depósito doble desde marzo que cubre los bimestres marzo-abril y mayo-junio. Aunque legalmente justificada, la medida ha sido criticada por especialistas, quienes señalan que el adelanto no siempre contempla los efectos inflacionarios ni la urgencia cotidiana de los gastos.
El monto correspondiente es de 6,200 pesos bimestrales, que se deposita a través de la Tarjeta del Bienestar. Para verificar la fecha exacta del pago, los usuarios pueden consultar el calendario oficial en la página de la Secretaría del Bienestar o en la app del Banco del Bienestar.
No obstante, la ausencia del depósito en la fecha esperada vuelve a poner sobre la mesa un reclamo reiterado: que un programa con fines humanitarios no debería sujetarse a fallas operativas. Mucho menos cuando se trata, como en este caso, de la población más vulnerable del país.
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