CARLOS TREJO SERRANO
Cada día ingresan decenas de personas a las tiendas comerciales, almacenes y supermercados, pero algunas de ellas van en busca de algo más que ofertas o promociones.
Hombres, mujeres, e incluso menores de edad, entran como si nada a los establecimientos comerciales para sustraer y salir con uno o más productos “gratis” debajo de sus holgadas blusas, camisas, suéteres o pantalones.
Este tipo de hurtos, también conocidos como “robos hormiga”, ponen en una situación particularmente vulnerable a los establecimientos, porque no sólo se trata de llevarse dulces, bebidas, desodorantes o alimentos al momento de fingir “hacer el súper”.
Hay bandas de delincuentes bien organizadas que han convertido esta práctica en un oficio ilícito, pues cada saqueo puede oscilar entre 40 mil y hasta 100 mil pesos, aseguró Leslie Medina Cruz, especialista de la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP).
En entrevista con Notimex, apuntó que las mermas anuales se han elevado a 160 mil millones de pesos, lo que representa entre 30 y 35 por ciento de las utilidades netas de las tiendas ratail, comerciales y de autoservicio.
No obstante, el problema tiende a crecer cada vez más, pues los pequeños robos se han incrementado 152 por ciento durante los últimos cinco años, y los hurtos son más frecuentes en épocas de mayor afluencia.
La situación se agrava al tener en cuenta que, en algunos casos, los ladrones tienen algún vínculo con los propios empleados, proveedores o personal de seguridad de las compañías afectadas.
Incluso, las artimañas de los llamados “farderos” han crecido en audacia e ingenio, porque utilizan bolsas forradas de cinta canela o aluminio para evadir los sensores de seguridad, y ahora suelen acompañarse de menores de edad porque es fácil que pasen inadvertidos y son protegidos por las leyes.
En dos de cada 10 “robos hormiga” se encuentran niños involucrados. “Son pocos, aunque van en aumento los casos donde usan a menores para esconder los productos entre sus prendas de vestir”, aseveró.
La especialista agregó que este modus operandi deja ver que los criminales se preparan mejor cada día. “Conocen perfectamente las leyes y saben cuáles son las consecuencias de consumar estos actos ilícitos”, aun cuando este tipo de robo no está tipificado como un delito grave.
Sin embargo, los expertos en la materia señalan que los delitos menores suelen ser el inicio de una carrera delictiva y, por tanto, es importante combatirlos a tiempo.
Perfiles de los involucrados
De acuerdo con la organización Acción Legal Total (ALTO) México, el “robo hormiga” es motivado por la frustración, desorden psicológico o emocional, estrés, depresión y gusto por la adrenalina de quienes cometen el ilícito, sin dejar de lado la intención clara de obtener algo sin pagarlo.
También están quienes lo hacen para traficar en el mercado informal o revender lo hurtado en las redes sociales, lo que los ha llevado a adoptar esta actividad como un modo de vida.
El análisis de AMESP muestra que 60 por ciento de los ladrones “hormiga” son hombres jóvenes, de entre 17 y 30 años de edad, y el resto mujeres con un perfil similar, explicó Medina Cruz.
Ropa, desodorantes, jabones, maquillaje, perfumes, discos y artículos de uso personal representan 70 por ciento de la mercancía sustraída y más deseada por los “amantes de lo ajeno”.
El 30 por ciento restante corresponde a artículos perecederos, aparatos electrónicos, alcohol y cigarros, entre otros, aunque ahora se les ve huir con pantallas, tabletas electrónicas, teléfonos celulares y otros artículos de alto valor.
Cifras de ALTO México revelan que la incidencia de este delito fue de 11 por ciento de 2012 a 2017, pues 27 mil de 34 mil actos delictivos pertenecieron al “robo hormiga”.
El problema es tan grande que las empresas se han visto obligadas a destinar mayor presupuesto al tema de seguridad de sus establecimientos y dotarlos de tecnología más sofisticada, controles administrativos, de inventarios y de confianza para las áreas de Recursos Humanos, comentó Medina Cruz.
Mudan ventas a redes sociales
Los delincuentes ahora han tomado por asalto las redes sociales para poner a la venta al menos 30 por ciento de los artículos robados en las diferentes tiendas comerciales, según un estudio de ALTO México.
Se estima que 18 por ciento usa Facebook para rematar los productos, 7.0 por ciento lo hace por WhatsApp, 3.0 por ciento en Twitter, 1.0 por ciento por medio de Segunda Mano y otro 1.0 por ciento a través de Mercado Libre.
El 80 por ciento de los anunciantes son hombres y entre lo más promocionado se encuentran artículos de limpieza, del hogar y de belleza, así como fármacos, fórmulas lácteas, lencería y bebidas alcohólicas, entre otros.
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