Tal parece que, después del sismo, los desarrolladores inmobiliarios en la Delegación Benito Juárez sufren de angustia… por el negocio.
Y es que lejos de frenar sus ambiciones en medio del enojo vecinal que vincula la tragedia del 19 de septiembre con la vorágine y corrupción inmobiliaria, los constructores dan muestra perenne de sus ambiciones, mientras funcionarios delegacionales ni se inmutan.
Por ejemplo, en el predio que se encuentra ubicado entre los números 417 y 429 de la calle Moras, en la colonia Tlacoquemécatl Del Valle, se demolió en unos cuantos días una casa sin exhibir la licencia respectiva.
En el lugar, convertido repentinamente en un solar baldío, solo hay una excavadora, con la que el viernes 13 se cargó tierra en camiones que hicieron fila sobre la vialidad.
Al día siguiente, se colocaron tapiales para comercializar con publicidad, pero no se ha colocado ningún folio de permiso que justifique la demolición, lo que representa una flagrante irregularidad.
Por otra parte, en el predio de la calle Carolina 148 , donde sí se exhibe una licencia de demolición de la Delegación BJ (la 1614/271/2017), cercenaron un árbol cuyo tronco y ramas dan cuenta que se trata de un ejemplar añoso.
Por supuesto que la licencia de demolición no permite la tala de un árbol, ni siquiera su poda, para lo que debe expedirse un permiso de orden ambiental.
En ninguno de estos casos ha intervenido el área jurídica de la DBJ, que debe verificar y en su caso sancionar a los responsables.
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