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Destacan gran capacidad de liderazgo de la UNAM en investigación colaborativa

Se realizó el “Encuentro de Vinculación de la UNAM con los Sectores Industrial y Público de la Salud: Oportunidades y Retos”.

“Se habla demasiado de las carencias en el sistema (personal, medicamento, servicios), pero es imprescindible hacerlo en cuanto a los determinantes sociales de la salud: acceso a agua potable, drenaje, piso firme, entre otros”.

STAFF/LIBRE EN EL SUR

La directora del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, María Imelda López Villaseñor, destacó que para aumentar la eficiencia y contribuir en el sistema de salud, es necesario confiar en la credibilidad en los procesos de investigación nacionales y otorgar mayor difusión al trabajo que se realiza en México.

En el “Encuentro de Vinculación de la UNAM con los Sectores Industrial y Público de la Salud: Oportunidades y Retos”, efectuado en el auditorio Alfonso Escobar Izquierdo de esa entidad académica, estimó primordial que las instituciones planifiquen y se abran a conocer las necesidades de la industria, lo que implicaría un acercamiento eficiente para establecer colaboraciones en diferentes niveles.

A su vez, la directora del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional, Laura Alicia Palomares Aguilera, manifestó: aunque se suele decir que hay un número insuficiente de médicos, investigadores, empresarios especializados, lo importante es crear grupos de trabajo conjunto que se sumen a contribuir de manera más significativa en la elaboración de políticas públicas en salud y ciencia.

La ingeniera en Biotecnología refirió además que al momento de pensar en vinculación es importante saber qué requiere la industria, pues en numerosas ocasiones las personas investigadoras llevan a cabo proyectos importantes, pero pocas veces se les pregunta a las empresas qué necesitan.

En la Mesa de Diálogo “Vinculación Universidad-Industria-Gobierno”, también participó el director general de Atención a la Salud de la UNAM, Germán Fajardo Dolci, quien señaló que el panorama en esa materia no es diferente al que vivíamos en los últimos años.

Se habla demasiado de las carencias en el sistema (personal, medicamento, servicios), pero es imprescindible hacerlo en cuanto a los determinantes sociales de la salud: acceso a agua potable, drenaje, piso firme, entre otros. “Si no nos vamos a la base será muy complicado poder avanzar”.

El director Médico y de Asuntos Regulatorios de la Asociación Mexicana de la Industria Fotovoltaica, Fernando Fon, expuso que referirse a industria-academia y viceversa es adecuado, pues si bien el gobierno tiene la obligación de asegurar disponibilidad de recursos y la transparencia, los resultados no llegan a donde se debe.

Potencial universitario

En tanto, el director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), Larry Rubin, aseveró que es una posibilidad para México crear sinergias entre academia e industria aprovechando la presencia de grandes empresas internacionales, y la UNAM tiene el potencial para liderar iniciativas de investigación colaborativa.

Las oportunidades para la Universidad Nacional están en su potencial para atraer más inversión privada y ser un actor clave en la innovación global; aunque es necesario que fortalezca vínculos academia-industria para impulsar la generación de conocimiento y su aplicación práctica en sectores esenciales como el farmacéutico, biotecnológico y tecnológico, manifestó.

Durante la conferencia Colaboración academia-empresa: clave para la innovación en el cuidado de la salud, propuso:

Fomentar en el país cooperaciones que potencien la innovación en salud, como existe en naciones desarrolladas, por ejemplo de AstraZeneca y la Universidad de Cambridge para nuevas terapias contra el cáncer; Pfizer y la Universidad de California en proyectos de cáncer e inmunología; o Eli Lilly y la Universidad de Purdue, a fin de innovar en tratamientos de diabetes.

“La UNAM ya tuvo un impacto importante en el desarrollo de vacunas y de investigación biomédica, con al menos dos productos: una vacuna terapéutica contra el virus del papiloma humano en etapa preclínica; y la producción de una vacuna contra la Hepatitis B, con tecnología de ADN recombinante”, ejemplificó.

A pesar de que existe una dinámica actividad científica en México, aún enfrentamos un reto para vincular de manera efectiva a la academia con las empresas para que las mejoras médicas lleguen a la mayor cantidad de pacientes, consideró Rubin en el evento organizado por la Coordinación de Vinculación y Transferencia Tecnológica de la Universidad Nacional y la AMIIF.

Dijo que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, México ocupa el lugar 73 en el Índice Global de Innovación.

“Nuestro país invierte 250 millones de dólares anuales en estudios clínicos y tiene un gran potencial para crecer”.

Hay dos elementos esenciales para el desarrollo de ecosistemas innovadores en el sector de la salud: la protección a la propiedad intelectual y la eficiencia regulatoria, sostuvo.

Uno de los retos principales para lograr que la innovación en el sector salud llegue al mercado es la aceleración de los procesos regulatorios de instancias como la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, que tarda hasta un año en analizar un nuevo producto, indicó.

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