El comediante trascendió la risa con una sátira aguda que retrató y criticó a la sociedad mexicana.
Desde sus inicios en la radio hasta el éxito en Una Familia de Diez, Manzano demostró una versatilidad única, consolidándose como un referente del humor nacional por más de seis décadas.
STAFF/LIBRE EN E SUR
El actor y comediante mexicano Eduardo Manzano Balderas, la mitad del legendario dueto “Los Polivoces”, falleció a los 87 años de edad el 4 de diciembre de 2025 en la Ciudad de México, dejando tras de sí un legado de humor y sátira que marcó a varias generaciones. Su partida silencia una de las “polivoces” más queridas del entretenimiento, cuyo trabajo en televisión y cine trascendió la simple risa para ofrecer un espejo crítico y cariñoso de la sociedad mexicana.
El deceso del artista, confirmado por su hijo Lalo Manzano, cierra el telón de una trayectoria que abarcó más de seis décadas, desde sus inicios en la radio como imitador hasta consolidarse como un ícono de la comedia en la televisión abierta, donde sus personajes se volvieron parte del imaginario popular. Nacido el 18 de julio de 1938, Manzano mostró una temprana vocación por el espectáculo, iniciándose en concursos de imitadores en la radio. Este talento para la caracterización vocal y física fue la semilla que floreció en el encuentro que definiría su carrera: la formación de “Los Polivoces” junto a Enrique Cuenca en 1959. El nombre, un acrónimo de “polifacéticos de las voces”, encapsulaba su genio. La dupla se convirtió rápidamente en un fenómeno cultural.
A partir de la década de 1970, con programas propios como Los Polivoces y El Show de Los Polivoces, el dueto alcanzó la cima, ofreciendo una comedia sofisticada y audaz para su época, que combinaba el sketch musical, el humor blanco y la crítica social sutil. Manzano era el actor versátil, el imitador nato y el contrapunto perfecto a la personalidad de Cuenca. Eduardo Manzano dio vida a una galería de personajes inolvidables que hoy son patrimonio de la comedia mexicana. Destacó como Agallón Mafafas, un militar fanfarrón cuya frase “¡Ahí madre!” se volvió un latiguillo nacional, y el galán narcisista y consentido Gordolfo Gelatino, cuyo “¡Soy tan hermoso, ya lo ven!” satirizaba la vanidad.

Otro personaje entrañable fue Don Teofilito, el abuelo gruñón y desdentado cuya terquedad era legendaria: “¡Y cuando digo que no me rajo, no me rajo ni me rajaré!”. Junto a Cuenca, dio vida a Chano y Chon, dos campesinos que retrataban con humor la vida de provincia, ridiculizando estereotipos con nobleza. Manzano solía expresar que el éxito de la dupla radicaba en “la gracia de dos imitadores que pretendían ser cómicos”.
Tras la separación del dueto a mediados de la década de 1970 y el posterior fallecimiento de Enrique Cuenca en el año 2000, Eduardo Manzano continuó su carrera en solitario, enfrentando los retos de una época en la que el medio artístico mexicano se transformaba. En la etapa final de su carrera, Manzano se reinventó para las nuevas generaciones asumiendo el rol de Arnoldo López Conejo en la serie televisiva Una Familia de Diez (2007-2025). Su personaje, el “Abuelo Arnoldo”, un anciano de buen corazón pero con una aversión cómica al trabajo y la disciplina, lo mantuvo activo y relevante, ganando el cariño de un público joven que desconocía sus logros como “Polivoz”. La serie se convirtió en un éxito que lo acompañó hasta sus últimos años, consolidando su estatus como un referente de la actuación y la comedia.
A lo largo de su vida, Manzano también participó en numerosas películas como En el último trago (2014) y obras de teatro, demostrando que su talento iba más allá del sketch televisivo. Su trayectoria fue un testimonio de perseverancia y adaptación. Con su muerte, México pierde a un artista que supo conjugar la imitación, el canto, la actuación y la crítica social en una fórmula de éxito perdurable. Su legado no se limita a las carcajadas que provocó, sino a la influencia positiva que dejó en sus colegas y el público. Hoy, el mundo de la comedia despide de pie al genio que hizo de la risa un arte y un medio para reflejar la complejidad del ser mexicano.
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