El barrio de Santa Cruz Atoyac, uno de los pueblos originarios de la Delegación Benito Juárez, festeja este miércoles el día de la Santa Cruz, celebración de la que es eje su antiguo templo –ubicado en las inmediaciones de la avenida Cuauhtémoc– construido en el siglo XVI, uno de los primeros levantados por los evangelizadores franciscanos en la capital de la Nueva España.
En ese templo, cuya terminación se estima en 1564, se guarda una preciada reliquia religiosa: un par de minúsculas astillas pertenecientes a la cruz de martirio de Jesucristo Redentor.
También hay un par de olivos provenientes del Huerto de Getsemaní; una cruz de atrio única; como único el estilo arquitectónico de su iglesia, identificado como plateresco, cuyas expresiones son muy raras, según explicó el arquitecto Arturo Juárez, Mayordomo en los días previos a la celebración del 2012.
De acuerdo con María de Jesús del Real, cronista de la Delegación Benito Juárez, la fiesta patronal no sólo es valiosa por su contenido religioso, que resulta muy importante para la comunidad. Lo es también –subrayó— porque da a los vecinos de Santa Cruz sentido de identidad, pertenencia, tradición y cultura propia.
La fiesta patronal de Santa Cruz Atoyac se celebra dos veces por año. La fiesta pequeña, por así describirlo, el primer día del mes de diciembre. Mientras que la fiesta grande se celebra del 1 a 4 de Mayo, alcanzado su clímax el día tres con la celebración del Día de la Santa Cruz, mismo que celebran, con euforia, todos los albañiles y trabajadores de la construcción.
En el barrio hay otra festividad significativa y pintoresca, el 28 de julio en honor de Santiago Apóstol.
Se estima que, para la preparación, organización y realización de los festejos del Día de la Santa Cruz participan por lo menos dos mil vecinos, especialmente los miembros de las familias que asumen la Mayordomía, entre ellas: La familia Sánchez, Moran, Azucena, Peredo, Ávila, Alcántara, Juárez, Sámano, Romero y Rivas. Esta última, tradicionalmente responsable del arreglo de las enorme cruz del atrio.
En mayo del 2015, el reconocido historiador José Manuel Villalpando, vecino de Santa Cruz, describió la fiesta en su página “Villalpando y su historia”:
Hoy 3 de mayo, el barrio está de fiesta, por ser día de la Santa Cruz, que desde hace siglos celebran los vecinos, que vienen a disfrutar de los danzantes, los coheteros, los mariachis y los abundantes puestos de comida donde hay desde pozole, garnachas, buñuelos y todo tipo de tacos y quesadillas, además de la feria con sus caballitos, tiro al blanco y demás diversiones.
Pero también vale la pena conocer sus tres tesoros histórico-artísticos, como la cruz atrial que los misioneros construyeron con piedras provenientes de alguna antigua deidad, o bien el Cristo negro de pasta de caña que se remonta al siglo XVI, además de esa curiosa obra natural que lo es el enorme árbol en forma de cruz, multicentenario, que está en la esquina de Municipio y Cuauhtémoc y que la piedad vecinal reviste con colgaduras de tela para representar en él la cruz del calvario.
Me gusta mi colonia por ese sabor contrastante que la hace ser muy vieja y repleta de historia, al mismo tiempo que la modernidad avanza y la dota de la infraestructura urbana, comercial y deportiva. Supongo que cuando las ciudades se adentran en el futuro respetando el pasado, es lo que los europeos -maestros en estas simbiosis- llaman civilización.
Foto: Maggie Garza.
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