A pesar de un despilfarro millonario en supuestos arreglos innecesarios por parte de la Delegación Benito Juárez, el emblemático Parque Hundido de la colonia Extremadura Insurgentes ofrece actualmente un lastimero aspecto de abandono en sus áreas ajardinadas, sus escalinatas y sus andadores.
Hay extensas áreas sin pasto ni plantas de ornato, en las que predomina el color ocre de la tierra, veredas agrietadas que se inundan con las lluvias y se convierten en lodazales, bancas metálicas destrozadas (foto) y abundante basura por todos lados.
Recientemente, sin ninguna consulta vecinal, la DBJ dispuso la construcción de una costosa “trotapista” de tartán en algunas secciones del parque. Además de ser demasiado angosta y mal hecha, la pista atraviesa por las partes que se anegan con el agua de lluvia, por lo que queda cubierta de lodo. Su acelerado deterioro, en menos de dos meses, es evidente.
En cambio, no se ha invertido un solo centavo en las obras hidráulicas recomendadas hace más de una década para evitar el problema de las inundaciones de andadores y zonas ajardinadas que hacen intransitables varias de las calzadas del parque ubicado sobre la avenida Insurgentes Sur.
Las rutas prehispánicas del parque, que representaban una muy valiosa característica cultural, educativa y turística, con réplicas de monolitos y estelas milenarias, son evidentemente menospreciadas por la autoridad delegacional, que permite su mayor deterioro.
Se gastó también en una fuente danzante, en la parte baja del astabandera, que funciona muy irregularmente y que además contrasta con el entorno tradicional del reloj floral monumental que es un icono no sólo de la demarcación sino de toda la Ciudad de México y cuya carátula formada por diversas especies de plantas es víctima también del abandono y la falta de riego.
Tampoco hay vigilancia para evitar que propietarios de mascotas dejen libres a sus perros y permitan que éstos salten y correteen sobre las plantas, a pesar de existir una extensa zona específica para que los animales puedan estar sueltos sin causar daño al entorno.
Aunque el área de juegos infantiles –recientemente renovada– se ha conservado en buenas condiciones, los jardines que la rodean denotan la ausencia de un trabajo permanente de jardinería, como lo requiere tan importante pulmón verde.
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