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Es el Día de los Pueblos Originarios un reconocimiento a rica herencia cultural

Según encuesta  del INEGI, más de 350 mil  personas en la capital se autoidentifican como indígenas; provienen de más de 50 pueblos o grupos étnicos distintos, siendo los más numerosos los náhuatl, mixteco, otomí, mazahua y zapoteco.

STAFF/LIBRE EN EL SUR

Cada 9 de agosto, como este sábado, se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, una fecha propicia para visibilizar y reconocer la rica herencia cultural, las tradiciones y los desafíos que enfrentan estas comunidades en todo el mundo.

En la Ciudad de México, esta conmemoración adquiere un significado particular, ya que la capital es un vibrante mosaico donde la herencia prehispánica y las comunidades indígenas contemporáneas conviven y luchan por su espacio y reconocimiento.

A menudo, pensamos en los pueblos originarios como algo del pasado o de regiones lejanas. Sin embargo, la Ciudad de México es el hogar de una de las poblaciones indígenas más grandes del país. Según la Encuesta Intercensal del INEGI de 2015, más de 350 mi personas en la capital se autoidentificaban como indígenas, y este número ha crecido desde entonces. Estas personas provienen de más de 50 grupos étnicos distintos, siendo los más numerosos los náhuatl, mixteco, otomí, mazahua y zapoteco.

La presencia de estas comunidades es palpable en la vida cotidiana de la ciudad. Sus lenguas se escuchan en mercados como el de La Merced o Coyoacán, en calles del Centro Histórico, o en barrios como la colonia Doctores. Sus tradiciones se manifiestan en la riqueza de la gastronomía, la artesanía y las festividades que se celebran a lo largo del año. Por ejemplo, en lugares como Milpa Alta, Xochimilco y Tláhuac, se siguen hablando lenguas originarias y se mantienen prácticas agrícolas ancestrales.

Sin embargo, la vida para los pueblos originarios en la gran metrópolis no está exenta de retos. La migración, motivada por la búsqueda de mejores oportunidades, a menudo los expone a la discriminación, la precarización laboral y la falta de acceso a servicios básicos. Se enfrentan a la pérdida de sus lenguas y tradiciones, un fenómeno conocido como asimilación, en el que las nuevas generaciones dejan de lado su identidad cultural para integrarse en la sociedad dominante. Además, la lucha por el reconocimiento legal y político de sus derechos es una batalla constante.

Afortunadamente, existen organizaciones y movimientos que trabajan incansablemente para preservar y promover la cultura indígena en la Ciudad de México. La Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes (SEPI) es una de las instituciones clave del gobierno de la ciudad. Además, grupos como la Casa de los Pueblos Indígenas y diversos colectivos luchan por la visibilización y el empoderamiento de estas comunidades.

El Día Internacional de los Pueblos Indígenas nos recuerda que la herencia prehispánica de la Ciudad de México no es solo una colección de ruinas o un motivo de orgullo histórico, sino una realidad viva y dinámica. Es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la diversidad cultural y para reafirmar el compromiso de la sociedad en su conjunto para garantizar que los pueblos originarios puedan vivir con dignidad, respeto y plenos derechos en el corazón de esta gran ciudad. Su presencia no solo enriquece el tapiz cultural de la capital, sino que también nos conecta con sus profundas raíces.

Según la ONU, existen alrededor de 476 millones de Indígenas viviendo a lo largo de 90 países. Estos pueblos constituyen alrededor del 6% de la población mundial, y, sin embargo, se encuentran entre las poblaciones más desfavorecidas y vulnerables representando al menos el 15% por ciento de los más pobres en el mundo.

Los Pueblos Indígenas han heredado y practican culturas y formas únicas de relacionarse con la gente y el medio ambiente. Retienen, además, rasgos sociales, culturales, económicos y políticos que son distintos de los predominantes en las sociedades en las que viven.

Pese a sus diferencias culturales, los Pueblos Indígenas de todo el mundo comparten problemas comunes a la hora de proteger sus derechos como pueblos diferentes.

Las poblaciones autóctonas han buscado durante años el reconocimiento de sus identidades, su forma de vida y el derecho sobre sus territorios tradicionales y recursos naturales.

Pese a ello, a lo largo de la historia, sus derechos han sido siempre violados. En la actualidad, se encuentran sin duda entre las poblaciones más vulnerables y perjudicadas del mundo. La comunidad internacional reconoce ahora que se necesitan medidas especiales para proteger sus derechos y mantener sus culturas y formas de vida.

Para dar a conocer las necesidades de estos grupos de población, cada 9 de agosto se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas en reconocimiento a la primera reunión de trabajo de las Naciones Unidas sobre la población Indígena que tuvo lugar en Ginebra en 1982.

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