Libre en el Sur

Experiencia vital

Que en lugar de una convivencia forzada, sea una experiencia distinta, vital, con los seres que amamos. Y con nosotros mismos.

EDITORIAL DE LA EDICIÓN DIGITAL DE JUNIO DEL 2020

De pronto todo cambió. En vísperas de Semana Santa, cuando ya hacíamos tal vez  planes para unas vacaciones – ¿se acuerdan?– se nos presentó una contingencia sanitaria inesperada que nos arrancó de nuestra rutina y nos metió en dinámica nunca antes vivida. La oficina, la universidad, la escuela de los niños, las citas de negocios, las compras semanales en el supermercado, las visitas a las plazas comerciales, las idas al cine, al futbol, las comidas con la familia en un restaurante,  las reuniones con los amigos, los paseos dominicales…  desparecieron de nuestra existencia cotidiana. Nuestra salud, la de nuestra familia, y aun la vida misma, se vieron amenazadas. Sobre todo la de nuestros viejos, los abuelos. Y empezó entonces esta larga cuarentena, que no termina pero que de verdad vale la pena… siempre y cuando en lugar de representar un fastidio, lo tomemos como una oportunidad. Que en lugar de una convivencia forzada, sea una experiencia distinta, vital, con los seres que amamos. Y con nosotros mismos.

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