El 4 de octubre, festividad de San Francisco de Asís, ha sido declarado por la ONU Día Mundial de los Animales
Es por ello ocasión propicia para conocer un poco más de la fauna que vive en CDMX, además de nuestras queridas mascotas y hacernos responsables de su conservación.
FRANCISCO ORTIZ PINCHETTI
Sabemos que en siete de cada 10 hogares de la ciudad de México hay cuando menos una mascota, perro o gato. Esto significa que hay en la capital de la República más de cinco y medio millones de mascotas. Además, se calcula que existen 148 mil canes y 49 mil felinos en situación de calle. Nuestra entidad ocupa el segundo lugar entre las entidades con mayor número de mascotas en el país, sólo superado por el Estado de México con casi 11millones de ejemplares.
Pero por supuesto no solamente hay perros y gatos. Sorprende saber que en el territorio de Ciudad de México –antes Distrito Federal— según registros de la Secretaría del Medio Ambiente de Ciudad de México (Sedema), existen dos mil 254 especies de fauna. Entre ellas se cuentan helmintos, moluscos, artrópodos, peces, anfibios, reptiles, mamíferos y aves. Tan solo de éstas últimas, hay 137 especies de aves que anidan y vuelan en la capital de México y 213 que emigran a la ciudad en diferentes estaciones del año.
Vale hacer este recuento en ocasión del Día Mundial de los Animales, establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 4 de octubre, festividad de San Francisco de Asís. Adicionalmente, el 14 del mismo mes, es el Día Mundial de las Aves Migratorias, también proclamado por la ONU. Estamos así en el mes de los animales y por esa razón Libre en el Sur dedica esta edición al tema, enfocado al caso de Ciudad de México.
San Francisco de Asís (1182-1226), fundador de la orden franciscana, es considerado el Santo Patrono de los animales, los veterinarios y de los ecologistas. De ahí que la ONU haya escogido ese día para dedicarlo a la fauna mundial. Cuenta la historia que todas las especies escuchaban al llamado Santo Varón y obedecían sus órdenes, entre ellas las golondrinas, que lo seguían en bandadas y formaban una cruz por encima del lugar donde él predicaba. “Los animales son mis hermanos y yo no me como a mis hermanos”, decía Francisco.
Pues bien, encontramos que entre las 254 especies animales que viven en Ciudad de México están por ejemplo la víbora de cascabel, la rana de Moctezuma y la rana de árbol. En los bosques de pino y encino circundantes a la capital, hay liebre, ardilla, tlacuache, musaraña, rata canguro, gorrión, colibrí, lagartija de collar y mariposa. En los matorrales encontramos comadreja, mapache y conejo. En los pastizales, rata y ratón, ardilla, mapache y tuza. En los lagos de Xochimilco y Tláhuac, charal, sapo, rana, salamandra o ajolote, culebra de agua y pato mexicano. Hay animales en peligro de extinción como el cacomixtle, el conejo de los volcanes o el teporingo.
En cuanto a las aves, tenemos que el 32 por ciento de las especies que viven en nuestro país, una tercera parte, se distribuyen en la Ciudad de México. Existen, ya decíamos, 137 especies de aves que anidan en México y 213 que emigran a la Ciudad en diferentes estaciones del año. De ellas, 19 especies son endémicas del país, aunque sólo el gorrión serrano es endémico de la CDMX y está en peligro de extinción. De hecho, seis especies de aves están en riesgo, entre las que destacan el pibí boreal, el vireo de Bell, el chipe crisal y el colorín sietecolores; en estado vulnerable se identifica a la bisbita llanera.
Entre las aves llamadas residentes de la ciudad están colibrí berilio, chara transvolcánica, cuitlachoche pico curvo, pinzón mexicano, zafiro orejas blancas, carpintero bellotero, rascador gorra canela, cardenal rojo, zopilote aura, junco ojos de lumbre, colibrí garganta azul y zorzal mexicano. Están también por supuesto la paloma doméstica, el gorrión casero, la paloma huilota, la tórtola cola larga, el zanate mayor, la golondrina tijerilla, el colibrí pico ancho y otras aves que podemos encontrarnos en cualquier parque o jardín de la metrópoli y que nos alegran la existencia con sus colores y sus cantos.
Quizá sorprenda que en realidad convivimos todos los días con miles y miles de animales sin tener conciencia de ello. Aparte por supuesto de nuestras mimadas mascotas, que inclusive comparten la misma casa, los bosques y lagos de las orillas de la capital, y también nuestros parques y jardines urbanos conservados en las colonias de las 16 alcaldías están llenos de vida animal, de la cual debiéramos estar más conscientes.
Con relativa frecuencia, hechos curiosos, dolorosos y a veces hasta chuscos nos recuerdan esa realidad, que el fragor de la vida citadina nos hace olvidar. Tan solo en la actual alcaldía Benito Juárez, en los últimos dos o tres años nos hemos enterado de noticias insólitas, como el de la aparición de una víbora cincuate en plena colonia Del Valle.
En efecto, ante el asombro de transeúntes y comerciantes, la serpiente paseaba en la vía pública. El reptil, de aproximadamente un metro de largo, fue atrapado inicialmente por un taquero, en la esquina de Pilares y Adolfo Prieto, que la colocó en un costal y avisó a la policía. “Estábamos trabajando y vimos que los vehículos se detenían y avanzaban lento, volteé al piso y la vi, la tomé de la cabeza y la metí a un costal para evitar que la atropellaran”, comentó el taquero Jacobo Rendón.
En julio de 2021, un presunto traficante de especies animales prohibidas fue detenido en calles de la colonia Narvarte, en la misma alcaldía Benito Juárez, en posición de un cachorro de tigre y cuatro tortugas. El sujeto fue sorprendido por agentes de la Policía de Investigación de la Fiscalía General de Justicia. Supimos también que elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la ciudad, adscritos a la Brigada de Vigilancia Animal, rescataron a un polluelo de águila que fue encontrado en una vivienda, en el perímetro de la colonia Del Valle. Los brigadistas al llegar se entrevistaron con la dueña del inmueble en cerrada de Eugenia, quien les entregó en una caja de cartón al ave, que dijo haber encontrado en su casa.
Hace poco supimos que en pasillos de la estación Boulevard Puerto Aéreo, dirección Pantitlán, de la Línea 1, hallaron una víbora de cascabel. Personal de Protección Civil del Metro en coordinación con elementos de la Policía Bancaria e Industrial, lograron el resguardo de la serpiente que se encontraba en pasillos del andén de la estación Boulevard Puerto Aéreo. Y también de que más de 200 animales fueron rescatados del refugio de animales de la fundación Black Jaguar- White Tiger, en las inmediaciones del Ajusco, en la alcaldía de Tlalpan. Entre ellos había 177 felinos (tigres, leones, jaguares, yaguarundis, pumas y linces), así como 17 monos, cuatro caninos, dos coyotes y ¡dos asnos! Tras la denuncia hecha por la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México, las autoridades suspendieron el predio por violaciones al uso de suelo y maltrato animal de fauna doméstica.
El tema de las simpáticas ardillas en nuestros parques se ha vuelto recurrente. Ocurre que lamentablemente la ignorancia de mucha gente y la indolencia de las autoridades de diversos niveles de Gobierno propician la sobrepoblación de estos animalitos entrañables. Y entonces en lugar de ser motivo de regocijo llegan a ser un problema muy serio para nuestros parques públicos, sus visitantes y sus vecinos. En varios parques de Benito Juárez, como el de Arboledas, Hundido o San Lorenzo, la proliferación de ardillas se ha convertido en una plaga sin control, por lo que estos tiernos animalitos son ya un peligro para los propios jardines y para los niños y adultos que los visitan… y a menudo alimentan indebidamente.
Los casos de maltrato animal van en aumento. Por los noticiarios nos enteramos que sobre todo perros son abandonados, torturados o matados. También ocurren infamias de diversos tipos en el caso de pequeños roedores como las ardillas u otros mamíferos silvestres que son víctimas de violencia, a menudo por razones de simple diversión. Pensamos por todo ello que este Mes de los Animales es una inmejorable ocasión para reflexionar sobre esto y hacernos en la medida de nuestras posibilidades responsables de la preservación de las especies animales que son parte de la vida de nuestra gran ciudad capital.
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