Una pronta reacción vecinal impidió este martes la consumación de un atentado de la Delegación Benito Juárez contra la Plaza Valentín Gómez Farías, en la colonia San Juan Mixcoac, uno de los sitios de mayor valor histórico, arquitectónico y cultural de toda la demarcación.
Pese a ser un espacio patrimonial, restaurado hace siete años mediante una inversión de cinco millones de pesos, las autoridades delegacionales panistas pretendieron instalar ahí las letras “B” y “J”, de dos metros de altura, elaboradas con lámina y pintadas con los colores emblemáticos del Partido Acción Nacional (PAN), azul y naranja, con lo que se intentó además una promoción partidaria prohibida por la ley.
Para instalar las enormes letras, se empezó por romper el piso de la plaza, cubierto de mármol de San Carlos desde la restauración realizada por la Autoridad del Espacio Público del Distrito Federal, en 2011. Los vecinos impidieron que los trabajadores continuaran con la destrucción y solicitaron el apoyo de la policía capitalina, por lo que arribaron al lugar dos patrullas y una camioneta de la dirección de Seguridad Pública de la Ciudad de México.
Aunque los trabajadores no presentaron el permiso respectivo, los policías, en lugar de proceder con una detención en flagrancia, esperaron más de una hora a que llegaran los representantes de la Delegación.
En torno a esta plaza se encuentra la casa donde vivió el pensador liberal mexicano Valentín Gómez Farías, hoy ocupada por el Instituto Mora dde investigaciones sociales e históricas, así como la casona que fue residencia del periodista y político don Ireneo Paz, abuelo paterno del Premio Nobel de Literatura Octavio Paz, que ahí pasó su niñez y adolescencia.
Enfrente se levanta el templo de Santa María Guadalupe y San Juan Evangelista, erigido en el siglo XVII.
Todo ese bagaje histórico y cultural fue ignorado por el director general de Servicios Urbanos de la delegación Benito Juárez, Jorge Ceballos, que dispuso la instalación arbitraria de las letras azul naranjas, según personal de Participación Ciudadana que acudió a dialogar con los enardecidos vecinos.
El titular de Participación Ciudadana, Óscar Ayala, informó finalmente a los residentes que la instalación quedaba suspendida, por lo que procedió a resanar provisionalmente el piso dañado y a retirar las letras de lámina, sobre las que algunos vecinos escribieron leyendas como “Para que sigan votando por el PAN”.
La movilización vecinal de este martes reunió nuevamente a tres de los más activos defensores del patrimonio urbanístico de las colonias Insurgentes Extremadura y San Juan Mixcoac, así como del emblemático Parque Hundido, Héctor Rojas Pruneda, presidente de la Asociación “Vecinos del Parque Hundido”, Leticia Calderón Chelius, investigadora del Instituto Mora y principal promotora en su momento del rescate de la Plaza Gómez Farías, y Diego Luna, quien ha encabezado el movimiento contra los parquímetros en esa colonia.
El proyecto de remodelación de la mencionada plaza. con el que Libre en el Sur colaboró ampliamente en su difusión, tuvo un costo de cinco millones de pesos, que fueron etiquetados por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, a instancia del entonces diputado local panista Fernando Rodríguez Doval, actual vocero del CEN del PAN.
Después de revisar algunos planos de los años veinte del siglo pasado, el arquitecto Enrique Lastra, autor de las remodelaciones de la Alameda Central y de la calle Madero en el Centro Histórico entre otras, se dio a la tarea de imaginar para la plaza Gómez Farías un proyecto integrador, con espacios verdes, limpios y ordenados, que permitan al paseante al mismo tiempo el esparcimiento que la contemplación de la belleza arquitectónica del sitio histórico.
La plaza forma parte además de la zona patrimonial de Mixcoac, una de las más valiosas de la Ciudad de México.
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