La decimotercera medalla de oro para México –y con ello la consolidación de nuestro país en el segundo sitio del medallero– llegó con la espectacular exhibición de Fabián de Luna en los anillos de la gimnasia artística de los Juegos Panamericanos Lima 2019, al lograr una puntuación de 14.500 puntos.
Este metal dorado es histórico porque es el segundo en esta especialidad y el primero desde Winnipeg 1967, cuando Armando Valles Montañés llegó a lo más alto del podio.
Fabián de Luna nació hace 20 años en Chicago, de madre estadunidense y padre mexicano y en 2010 fue parte de la selección nacional juvenil de Estados Unidos.
A sus 18 años de edad aceptó trasladar su residencia a Tlaquepaque, Jalisco, y desde entonces representa a México y en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018 ganó la presea de plata en este mismo aparato.
Hoy se encumbró en lo más alto del podio para recibir el metal dorado, al superar al brasileño Arthur Zanetti, quien marcó 14.400, en tanto la de bronce fue para el argentino Federico Molinari con 14.066.
A su vez, el también mexicano Daniel Corral concluyó en el puesto cinco, con 13.933 puntos, en piso masculino, donde las preseas fueron para el chileno Enrique González (14.600), el estadunidense Robert Neff (14.166) y el colombiano Andrés Martínez (14.100).
Chile arrebata campeonato panamericano a México en Voleibol
Clima gélido en la playa. Sí, aunque parezca contradictorio, pero así fue. Era la final del torneo de voleibol playero de los Juegos Panamericanos Lima 2019 en su rama varonil y los mexicanos Juan Virgen y Rodolfo Ontiveros iban por el bicampeonato.
Si hace cuatro años, en Toronto 2015, pudieron remontar a los brasileños Vitor Araujo y Alvaro Magliano, quienes partían como los favoritos, ahora la misión era hacer lo mismo con los chilenos: los primos Marco y Esteban Grimalt, dos tipos que saben agigantarse de manera peculiar.
Y así lo hicieron. Poco a poco impusieron su estilo en la cancha, en la arena de la costa de Lima, donde, sin perder la concentración, demostraron que deseaban llevarse la corona.
Juan Virgen se veía sereno, el hombre que se encumbra en los momentos complicados y que alienta a su coequipero Rodolfo Ontiveros. Picaba y maltrataba el balón ante la mirada de los chilenos. Su bloqueo era fuerte.
Los primos arremetían con fiereza y buscaban llevarse el título ante un par mexicano que no encontraba la puerta a la victoria. Cayeron 19-21 en el primer set.
En el segundo, los mexicanos mostraron el mismo patrón que en el primero. El golpe definitivo, pero sin poder derribar la barrera impuesta por Marco, quien se veía más alto de lo que es realmente. La pizarra volvía a ser adversa para el binomio nacional, una diferencia de cinco puntos.
La corona de hace cuatro años parecía cambiar de dueño. Los chilenos se alzaban con vehemencia y ya parecía más que merecida su victoria. Juan y Rodolfo se levantaron como guerreros y obligaron al extra. Alcanzaron 21-21 y al final, el 24-22 forzó el tercero y definitivo.
Virgen se volvía a entregar a su pasión y Ontiveros a ser implacable con el balón. El graderío estallaba una vez más y el apoyo era para ambos equipos. El set definitivo y nadie quería el puesto de segundo sitio. México deseaba el bicampeonato. Ambos servicios perfectos. Y siguió la batalla.
Los 33 minutos anteriores fueron intensos y los cuatro jugadores mostraron su afán por la victoria. En el tercer periodo, Virgen y Ontiveros se veían cansados. El marcador les era adverso por dos puntos. El duelo había sido duro, pero los chilenos se pusieron a un punto de lo histórico.
Y lo lograron 15-10. La corona se fue a tierras chilenas. Virgen y Ontiveros llegaron a la final, pero faltó cerrar con triunfo una vez más, como hace cuatro años, en Toronto 2015. Los ojos cristalizados y el semblante con los estragos de la batalla.
Chile obtuvo el título panamericano y México se conformó con la presea de plata ante un clima gélido en la playa Costa San Miguel de Lima.
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