Por segunda ocasión, la Delegación Benito Juárez encabezada por el panista Jorge Romero Herrera incumplió los plazos para terminar la remodelación del mercado Tlacoquemécatl, mientras decenas de locatarios han tenido que vender sus productos en plena calle, durante más de cuatro meses.
La remodelación se inició el pasado 20 de septiembre, fecha en que los comerciantes tuvieron que abandonar sus locales para instalarse con todo y mostradores, refrigeradores, estufas, tanques de gas, muebles y demás enseres en las aceras y parte del arroyo vehicular de las calles San Francisco, Tlacoquemécatl y Patricio Sanz, en la colonia Tlacoquemécatl Del Valle. Originalmente, como se mencionaba en las mantas colocadas en torno al inmueble, la remodelación, a cargo de la empresa Wouden, estaría concluida antes del 31 de diciembre de 2013.
Sin embargo, el 5 de octubre, el propio Romero Herrera cambió esa fecha y declaró a los medios que la obra, en la que se invertirían 15.4 millones de pesos, estaría lista antes del 31 de enero pasado, plazo que ya se venció sin que se vislumbre todavía el plazo para que los locatarios regresen a sus lugares.
“Así llevamos ya cuatro meses”, dice Ema Redarte, vendedora de pollo. “Primero nos dijeron que en diciembre, luego que en enero. Y ya ve: vamos ya en febrero y ni siquiera nos dicen pa’ cuando”. La comerciante confía en que el mercado, al que según las autoridades tendrá un “toque madrileño”, al estilo del Mercado de San Miguel de la capital española, quede bonito. “Va a quedar bonito, pero no funcional, porque no tendrá instalaciones ni atarjeas ni nada”, advierte. “Nosotros vamos a tener que poner todo, desde el mobiliario”.
Según lo acordado, cada comerciante volverá al local que ocupaba antes de la remodelación, “aunque ahora serán más chicos”, aclara el frutero Roberto Madrigal. “La remodelación está avanzada, pero le faltan muchos detalles. Dudo mucho que lo tengamos listos antes de que acabe febrero”.
La presencia de los locatarios en la calle, donde se guarecen dentro de carpas de plástico improvisadas, armadas con tubos, tablas y otros materiales, no sólo da un pésimo aspecto, sino que impide el paso a peatones, entorpece el tránsito vehícular y constituye un peligro latente por el uso de estufas y tanques de gas en la vía pública. Por lo pronto, ahí pasaron este domingo la Fiesta de La Candelaria (foto).
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