Bendita sea la reducción de la contaminación auditiva en la ciudad, porque las voces de las aves visitadoras de los árboles se escuchan como en alta definición y la variedad pajaril ha aumentado. Ahora, además de tórtolas y gorriones, también he visto pinzones mexicanos, cuitlacoches y mirlos. Creo que les encanta el sur de la ciudad, por ser el territorio más colorido en verde y amable. En eso coincidimos.
POR CATALINA VILLARRAGA P.
Creo que muchos de nosotros sin darnos cuenta entramos al inicio de esta primavera enrarecida, cuando hasta ahora nos estábamos acostumbrando a escribir los números del nuevo año sin equivocarnos de fecha y tener que tachar u oprimir delete delete.
Se me ocurre que, es como haber encontrado un salto de página abrupto en el desarrollo de una historia. Dejándonos en un primer instante perplejos ante esa nueva hoja en blanco. Luego, expectantes de saber qué viene después.
Esa página aparecida de repente, poco a poco va desplegándose, tomando forma e insertándonos en un relato complejo que tratamos de hilar con esa otra historia algo ya más conocida y comprensible para nosotros. Parte de ella, nuestra vida, nuestros sueños y nuestros interrogantes.
Acompañados de la emoción latente, resultamos organizando ideas y gestionando, como podemos, cambios para darle sentido a lo que vemos va sucediendo y a lo que nosotros mismos queremos que suceda.
En lo personal, el salto de página me ha invitado a disfrutar lo esencial de la existencia en el ahora. Así como a entrenarme en la confianza de que, aún en la incertidumbre, siempre cuento con certezas poderosas que me transmiten paz, animan el corazón y el espíritu hacia el futuro.
La presencia de Coraje, mi conejo cabeza- corazón de León adoptado hace seis meses, sumado al verde intenso de dos árboles, frondosos amigos que tengo frente al balcón, constituyen signos maravillosos de ese disfrute de lo esencial.
Bendita sea la reducción de la contaminación auditiva en la ciudad, porque las voces de las aves visitadoras de los árboles se escuchan como en alta definición y la variedad pajaril ha aumentado. Ahora, además de tórtolas y gorriones, también he visto pinzones mexicanos, cuitlacoches y mirlos. Creo que les encanta el sur de la ciudad, por ser el territorio más colorido en verde y amable. En eso coincidimos.
No soy experta en aves, pero siempre me ha gustado observarlas libres y retratarlas en su mundo natural. Ahora, al estar más presente en todo sentido, he participado de la vida cotidiana de los árboles amigos. Esa experiencia sonora y visual me ha entusiasmado tanto, que decidí unirme a un grupo de observadores de aves por internet. Varios de sus integrantes son expertos(as) de quienes he aprendido y con los que he compartido algunas imágenes de las aves cantoras. Además, me he puesto a curiosear la guía de aves de la Ciudad de México y es todo un descubrimiento empezar a conocer sus nombres de a de veras, más que decir, el de la cabecita roja o el del pico amarillo.
Cada vez que escucho el canto de los mirlos, del cuitlacoche o el cenzontle anunciándose jubilosamente antes de su aterrizaje, corre pura emoción. Entonces, agradezco a las certezas conmigo, a ese salto de página y salgo a saludarlos sin dejar los sueños de lado.
Gracias querido equipo de Libre en el Sur por la invitación a escribir y compartir. Felicidades por su 17 aniversario y por la perseverancia en el oficio profesional que realizan. ¡Que vengan muchos más y que el interés por una mejor ciudad les siga animando!
Vecina de la colonia Portales Sur. Politóloga y Urbanista. Profesora Universidad ORT México. Fotógrafa y pintora aficionada.
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