Libre en el Sur

La fallida ciclovía de Adolfo Prieto

Con datos de la ONU-Hábitat, sabemos que las ciudades son responsables del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo cual el gran reto desde los Gobiernos Locales es contribuir a la mitigación del cambio climático y reducir la contaminación.

Y, de mayor relevancia, un hecho real: la Ciudad de México es una de las ciudades más contaminadas del mundo. Si bien es cierto que se han hecho esfuerzos considerables por disminuir los altos índices de contaminación, éstos no han sido los suficientes para poder considerar que esto ya no afecta al medio ambiente.

Una política sustentable, como la del medio de transporte alternativo que representa el uso común de la bicicleta, sin duda representa una política amigable con el medio ambiente. De impacto positivo dentro de la sociedad, noble, y benéfica para la salud de quienes la utilizan.

Por ello, es una gran paradoja la ciclovía de Adolfo Prieto: de ser una política noble, de impacto positivo, las autoridades, en este caso la Delegación Benito Juárez administrada por el futuro diputado panista Jorge Romero, lograron que la mayoría de vecinos la repudiaran, y pocos ciclistas, la utilicemos. Veamos:

1. Su instalación fue en un madruguete y sin previo aviso. Es decir, no hubo sensibilización previa, y a las reuniones posteriores que exigieron vecinos buscando una explicación, presentes con credencial de elector de la calle Adolfo Prieto, el delegado “no me toca” optó por mandar a un subdirector. Nunca dio la cara, generando mayor molestia y provocando reacciones negativas ante la ciclovía.

2. Los argumentos en esas reuniones en las que estuve presente, como vecino de la calle de Moras, y asiduo peatón, ciclista y automovilista de las colonias Acacias y Del Valle, son hasta el día de hoy muy válidos, por citar algunos: imposibilidad de dar servicios básicos, como gas, basura, repartidores, taxis, o lo que también es otra contradicción, se contrapone con los camiones escolares que en teoría sustituyen varios vehículos particulares. Simplemente se ha vuelto un caos cuando llegan por las mañanas y las tardes a llevar a niños a sus escuelas.

3. Incremento considerable del tráfico, generando más contaminación. En trayectos que antes eran de 5 a 10 minutos, pasar 5 calles sobre A. Prieto en horas pico implican 20 a 30 minutos. Se incrementó también el tráfico en la calle de Moras, en Felix Cuevas y varias más. Aún y cuando Jorge Romero siempre aseguró que se conservarían dos carriles por automóviles, sólo se dejó uno.

4. Otras grandes fallas por falta de planeación: la ciclovía está obstaculizada los sábados por el tianguis de Parroquia, atraviesa puntos sensibles como el CUPA, donde la mayoría de vecinos son adultos mayores, con dificultades ya de por sí para caminar tranquilamente por la falta de espacios adecuados para el peatón. Además, se corta por un parque, el de San Lorenzo en la calle de Pilares, en otro crucero conflictivo para la ciclovía, en Tlacoquemecatl, un lugar completamente peatonal.

5. Un gran peligro de poco conocimiento, que me platicaba mi vecino Andoni Contreras: la ciclovía fue instalada ¡sobre tuberías de gas natural! Es decir, diariamente, los pocos que la usamos, circulamos sobre una tubería de gas. Es de suponerse, que Protección Civil tendría que haber evitado el instalarla allí.

6. Peligro permanente es la salida de los coches particulares de las casas y edificios, que al tratarse de una zona con oficinas, consultorios, escuelas, parques, es muy habitual que eso suceda. Los ciclistas a cada momento tenemos que detenernos, porque también hay que decirlo, al igual que sucede con los peatones, generalmente somos punto ciego para los automovilistas. Pero lo más peligroso, es cuando se abren las puertas del lado derecho de los vehículos qué justamente están estacionados del lado izquierdo ¡casi pegados a la ciclovía! Constantes accidentes

-afortunadamente menores hasta el momento- son ya anécdotas entre los vecinos.

7. Los plásticos verdes con bases en forma circular, con pintura blanca al lado, costaron 400,000 pesos el kilómetro; si consideramos aproximadamente 4.5 kms, estamos hablando de casi 2 millones de pesos. Aquí alguien se robó dinero, porque no se ve reflejado en la calidad de la ciclovía, y hablo con conocimiento de causa, al usarla habitualmente: es un peligro.

8. Al haber vandalismo con los plásticos, muchos de ellos han sido quitados por la fuerza, dejando sólo las bases que son ya invisibles y que son mortales para ciclistas que llegaran a atravesar por ellas. En dos ocasiones, a la altura del Eje 6 sur y San Borja, he estado a punto de caerme de la bicicleta por rozar con este tipo de boyas.

9. De noche, es una trampa mortal por la tremenda falta de iluminación. Prácticamente en los tramos entre el eje 7 sur y el eje 5 sur, como ciclista tienes que salir de la ciclovía e irte sobre el carril compartido con automóviles, porque aún con la luz de la ecobici, no se distinguen baches (que son muchos) o las gruesas raíces de árboles que también son trampas mortales para ciclistas.

10. Hay las críticas diarias del poco uso de la ciclovía. He de decir que soy de los pocos que la usan, e identifico 2 razones: la angostura de la ciclovía, que contraviene normas internacionales y que ocasiona que ciclistas opten por circular por la calle; y los grandes obstáculos para utilizarla ya descritos, que de noche pueden llegar a ser mortales por la ya de por sí falta de iluminación. Además, algo que también es muy común, es encontrarse con ciclistas en sentido contrario, con el riesgo que implica.

Otra paradoja más originada por la falta de comunicación entre la delegación Benito Juárez y el Gobierno del Distrito Federal –bueno, a la presentación de ecobici en nuestra delegación ni siquiera se presentó Jorge Romero- se da con la probable construcción del Deprimido Mixcoac. Una de las principales calles afectadas sería A. Prieto, por la proyección de salida en la Calle 2 de la Colonia Acacias, ¿de verdad creen que esto no aumentara el de por sí ya considerable tráfico en las calles colindantes?

Por supuesto, que al igual que muchos, estoy a favor del uso de la bicicleta, de la llegada de Ecobici a la delegación, y con esto de la construcción de las ciclovías, por ello, presento la siguiente sencilla propuesta, de la cual el delegado “no me toca” futuro diputado local, hizo caso omiso: hagamos más ciclovías en la delegación Benito Juárez.

Y no hay que ser reconocidos urbanistas, arquitectos, diseñadores, ni doctores en movilidad. Es muy sencillo, que el gobierno tome la decisión prioritariamente de construirlas en vías primarias. El gran ejemplo sería Avenida Coyoacán, que ya en estos momentos, gracias al Partido Acción Nacional, a la Procuraduría General de Justicia del D.F., a comercios, plazas comerciales y ambulantes, utilizan diariamente dos carriles estacionando vehículos donde está prohibido hacerlo. Y si el gobierno se viera aún más audaz, con visión y determinación, tendríamos dos ciclovías sobre Av. Coyoacán, de ida y vuelta, ambos sentidos pues, que conectan perfectamente con otras vialidades importantes.

Pero no podemos quedarnos sólo ahí: Gabriel Mancera, Cuauhtémoc, Eje Central Lázaro Cárdenas, Calzada de Tlalpan, son idóneas y deberían ser obligadas para ciclovías. Y por supuestos los ejes 5, 6, y 8 sur, (en el 7 ya se habilitó un carril compartido con el trolebús). Debate aparte sería la ciclovía de División del Norte. Pero para que volver a cometer el mismo error, de instalar una ciclovía que generará conflicto con comerciantes y consumidores, cuando tienes toda la lista ya descrita en donde serían idóneas.

“Al hablar de políticas públicas queremos decir decisiones de gobierno que incorporan la opinión, la participación, la corresponsabilidad y el dinero de los privados, en su calidad de ciudadanos electores y contribuyentes” esto no lo escribo yo, sino Luis F. Aguilar, quizás el más reconocido especialista en políticas públicas en nuestro país.

Facilitar a quienes han decidido utilizar medios alternativos de transporte, como la bicicleta, sin afectar a terceros, esa sería la prioridad, acompañado de nuevos reglamentos y nuevas infraestructuras, como ciclovías perfectamente iluminadas y sin baches.

La Responsabilidad Social y la sustentabilidad van de la mano. Lo cual también nos permite que exijamos a las nuevas generaciones de políticos que encabezan estos gobiernos locales, de actuar sustentablemente y socialmente responsable, viendo por el futuro de nuestras generaciones, siempre viendo el mejoramiento en la calidad de vida, y una mayor equidad e igualdad en nuestras sociedades.

Ante esta situación, cada vez es más necesario que tanto gobierno como sociedad establezcamos medidas que mitiguen el cambio climático y nos ayuden a preservar nuestro medio ambiente.

Quiero dedicar esta columna, a los vecinos combativos de Adolfo Prieto @AdolfoPrietoVec y a mi vecino Andoni Contreras @andonicg que en gran medida, han evidenciado la falla monumental de esta ciclovía.

Igualmente, dedicarla a ciclistas connotados, que seguramente no compartirán el título de esta columna, pero que me parece no toman en consideración algo que he visto diariamente: los usuarios de ecobici, no somos ciclistas profesionales ni con años de experiencia; son mujeres, jóvenes, oficinistas, personas mayores, adultos, que hemos optado por un medio alternativo para no contaminar la ciudad, pero que no necesariamente son expertos en el manejo de la bicicleta.

Si mis connotados activistas ciclistas usaran habitualmente la ciclovía de Adolfo Prieto, estoy seguro que compartirían que de milagro no ha habido accidentes mayores en esa trampa permanente. Por el bien de peatones y ciclistas, el gobierno haría bien en reubicarla. Avenidas sobran. Hay que tener la visión más amplia. #CiudadanoIncómodo @floresaquino

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