‘Libre en el Sur’ tuvo acceso a lo hablado en reunión de alto nivel de emprendedores y gobierno; las empresas no pueden ir sin Ejército
Una semana después del paso del huracán Otis, en Acapulco ninguna tienda está abierta. No hay comida, no hay agua, no hay luz, no hay gas, no hay telecomunicaciones.
STAFF / LIBRE EN EL SUR
Reunidos en el Museo Soumaya, los grandes empresarios de México advirtieron algo más que la reconstrucción en Acapulco llevará no menos de dos años, cosa con la que este miércoles el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo no estar de acuerdo, aunque no explicó la manera económica en que ese tiempo se podría reducir y se limitó a hablar de reforzar los emblemáticos programas sociales de su gobierno.
Efectivamente, entre otros alarmantes asuntos que abordó el Consejo Coordinador Empresarial una semana después del paso del devastador huracán Otis por la costa guerrerense, con empresarios y representantes gubernamentales, a los que Libre en el Sur tuvo acceso, se dijo que las gruesas donaciones de alimentos por parte de la sociedad civil apenas representan el 10% de lo que necesita una población en la desolación que supera el millón de personas.
En el encuentro estuvieron representadas muchas de las empresas, cámaras y asociaciones y por parte del gobierno asistieron la Secretaría de Economía y las Fuerzas Armadas. Todos manifestaron una gran voluntad por ayudar. La situación en Acapulco, coincidieron, no tiene ningún precedente en magnitud, no sólo por el huracán Otis, sino por las repercusiones sociales subsecuentes.
Hay un millón de personas en Acapulco, todas afectadas. Ninguna tienda está abierta. No hay comida, no hay agua, no hay luz, no hay gas, no hay telecomunicaciones. Esa es la cruda realidad que allí fue desvelada.
Los datos del sector público apuntan a una entrega de 70 mil despensas. Los datos del sector privado-social apuntan cerca de 100 toneladas de comida (si cada persona come un kilo diario alcanzaría para 100 mil raciones). La diferencia entre lo que se ha entregado y lo que hay de población es muy contundente, está claro que mucha gente pasa hambre.
El sector turístico, del que vive Acapulco y el 80% de Guerrero está completamente colapsado. Se estima en el mejor de los casos que habrá alguna actividad en diciembre. Para regresar a la normalidad hacen falta de 12 a 24 meses.
El sector privado se declaró listo para reanudar algunas actividades básicas y para ayudar en la crisis siempre que haya condiciones de seguridad garantizadas, por ahora no dadas a pesar de que en la zona se encuentran 11,500 militares desplegados.
Las Fuerzas Armadas, asentaron representantes del gobierno, ofrecen su apoyo para llevar ayuda y trabajar en la zona pero no recomiendan que las empresas vayan por su parte.
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