En la Maestría en Responsabilidad Social, conocí el concepto de Liderazgo en ciudadanía corporativa. Por lo general, por liderazgo se suele entender que alguien encabeza y otros siguen. Pero el modelo integral ve en el liderazgo la intención de sumar a otros. Estos “otros” pueden ser desde competidores, miembros de ONG´s y funcionarios de gobierno, hasta comunidades de base. En este caso, el “liderazgo” no se refiere sólo al liderazgo individual de un CEO comprometido, por ejemplo, con una agenda de sustentabilidad, sino también a la capacidad de una organización de indicar el rumbo a seguir a la hora de lidiar con algunos de los asuntos sociales y ambientales más desafiantes que enfrentan las empresas, y en este caso, las comunidades.
Hace unos días, conocí de primera mano el caso de la remodelación del módulo de policía que se encuentra en la esquina de Nueva York y Arizona, en la atractiva colonia Nápoles, de nuestra delegación Benito Juárez. Platicando con el Coordinador Interno del Comité Ciudadano de la colonia Nápoles, Omar García Lozano, coincidíamos en el abandono en que están muchos de los módulos de policía, así como también la necesidad de considerar a los policías que se encargan de nuestra seguridad, como integrantes de nuestra comunidad que brindan sus servicios en nuestras colonias, que día con día dan lo mejor de sí para que nosotros estemos seguros, con todo y las carencias que tienen para desarrollar sus labores.
Me platicaba Omar, que durante mucho tiempo pensó en cómo hacerle para que los policías estuvieran más tiempo en su módulo; que la gente más allá de exigirles o de obligarlos a estar presentes en un espacio de 4×4 -un espacio que por más de 30 años no recibió ningún tipo de mantenimiento de ningún tipo- y que muchas veces servía para todo menos para lo que fue destinado (seguridad), por lo que comenzó a reunirse en el propio módulo con los oficiales del sector, no sólo para conocerlos, sino para conocer las condiciones laborales, en las que se desempeñan.
Y la conclusión de Omar fue de tristeza, al ver la falta de empatía por parte de los responsables, al no contar los policías con módulos que cuenten con los servicios mínimos; baños con pestilencia, sin servicios, sin agua, sin cableado eléctrico, sin luz, pintura de hace 30 años, sin impermeabilizar. “Imagínate tratar de cubrirse de la lluvia en un módulo de policía que en el interior el techo gotea como regadera, por todos lados agua y más agua”, me platicaba el vecino de la Nápoles. Y las consecuencias, para alguien que trabaja en esas condiciones, no son difíciles de adivinar. Me seguía platicando Omar “con las pésimas condiciones laborales, un lugar de trabajo con estas características más allá de motivarnos a trabajar mejor, recibir a los clientes con una sonrisa, estar de buen humor, estaría deprimido, harto de tener que levantarme para ir a un lugar pestilente, donde yo tuviera que pagar para poder realizar mi trabajo, es decir, comprar mi propia papelería, mis hojas, mis plumas, mis cartuchos de impresora, policías que ellos arreglan los módulos con sus propios medios, paguen su propia gasolina, reparen las unidades, fue cuando más allá de sentir lastima por los oficiales, por la gente que día a día pone su vida en la línea de fuego, por mí, mi familia o cualquiera de mis vecinos, mi sentimiento fue de orgullo, respeto y admiración”.
Así, la idea de Omar fue la de DIGNIFICAR el trabajo del policía, para que los mismos oficiales se sintieran queridos, valorados y respetados por la comunidad. Así, Omar, junto con sus vecinas y vecinos comenzaron a tejer relaciones con su propia policía: compartir un café, un refresco, una rosca de reyes, reconocerles su trabajo; lo que les abrió las puerta al ser humano que está detrás de ese uniforme azul y ese chaleco contra balas. Dicho por el vecino, se pasó de ser servidor público y ciudadano, a ser amigos. Fue entonces que surgió la idea de RECUPERAR LOS MÓDULOS DE POLICIA “para no sólo dignificar el trabajo de mis nuevos amigos, de mis hermanos y que no sólo les diera un espacio donde estar, sino que el ciudadano y el vecino tuviéramos un lugar más amigable a donde ir a pedir ayuda” me afirmó Omar en nuestra conversación, y me siguió platicando:
“En el mes de febrero, después de año y medio de pertenecer y contar con el apoyo y respeto de mis vecinos así como del gran equipo, fue que gracias a ellos y a todos ustedes que creyeron en nosotros: a Elisa Jurado, Víctor Garduño, Blanca Hernández, Rosa, Ángel -todos ellos integrantes del Comité Ciudadano de la Nápoles- logramos echar a andar este proyecto. En estos últimos días se le dio un mantenimiento exhaustivo al Módulo de Nueva York, se cambiaron muebles de baño -los cuales no contaban con servicio de agua-, se pusieron lavabo, excusado y un mingitorio, todos con servicio de agua, se cambió la instalación eléctrica que era casi inexistente, se pintó el interior como el exterior, con los colores INSTITUCIONALES de la Secretaría de Seguridad Pública y conforme a los requerimientos del director de sector y gran amigo, el Segundo Inspector Salbio Mendiola Gervacio”.
“Se le ha dado una nueva imagen al Módulo de Nueva York y hemos puesto un granito de arena; un granito de arena que dejará y ya ha dejado huella en la historia no sólo de nuestra colonia y que ha hecho eco no sólo en la Delegación Benito Juárez, también hemos recibido mensajes de reconocimiento de otras delegaciones, de otros comités, pidiendo asesoría del know how, para que ellos repliquen lo hecho por el Comité en sus colonias, así mismo creemos que es un precedente para la Secretaria de Seguridad Pública y en nuestros elementos, que por palabras de ellos ya tienen un lugar digno donde poder estar, donde prestar sus servicios, se sienten valorados y queridos”.
Así, la remodelación del módulo de policía de la calle Nueva York en la Nápoles, es un gran ejemplo de Responsabilidad Social, realizado por los vecinos, en colaboración con las autoridades y con gobierno, para aplicar el tan útil ganar-ganar, consiguiendo además donaciones en especie con la comunidad para lograr este importante y gran cambio.
Por último, para completar la tarea, me compartía el Coordinador del Comité Ciudadano de Nápoles, que esta semana se colocaron lonas en los dos módulos de policía con los cuadrantes, número de patrullas, teléfonos y responsables, con lo que se busca acercar más a la policía con los vecinos y empezar a generar una verdadera red de integración vecinal, que trabaje de la mano para lograr una colonia más segura.
Concluía la conversación diciéndome Omar “la alegría de ver como empiezan a llegar más oficiales y buscan al módulo de Nueva York como referente y como un nuevo centro de operaciones, generará mayor presencia de la policía en estas calles, en nuestra colonia, y estamos seguros que mejor y mayor seguridad para todos nosotros”. Coincido absolutamente.
Repliquemos este gran ejemplo en nuestras colonias, recuperemos la figura del policía de barrio, integrante de nuestra comunidad, vecino nuestro igual, y, como también algún día lo hicimos en Acacias, reconozcamos su trabajo cuando han dado muestras de su valentía y heroísmo. No todo es la queja, hay que saber valorar a aquellos que arriesgan la vida por nosotros y nuestras familias. Felicidades a los vecinos de la colonia Nápoles.
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