RODRIGO CORDERA THACKER
En estos momentos de pandemia, de encierro, de dolor comunitario y de tragedia global, nos aferramos a la esperanza de que la medicina y la ciencia logren encontrar pronto un medicamento para mitigar el COVID-19 y en el futuro próximo una vacuna que termine por darle en la torre a este terrible virus.
También hemos sido testigos de la valentía y arrojo del personal de salud en todo el mundo.
Y también hemos sido testigos de lo peor de la humanidad. Grupos de personas fanatizadas y temerosas, agrediendo a personal médico. Por desgracia, esto ha ocurrido en todo el mundo.
Pero nos centraremos en México, que tiene como características nacionales el fanatismo religioso, la ignorancia y el linchamiento. Todo lo anterior por falta de escuela, por falta de ciencia y por falta de Estado de derecho. Falta de Estado en general.
El miedo al contagio lo compartimos todos. ¿Pero cómo se cruza esa línea entre el miedo y la acción, para decidir atacar al personal que si te llegas a infectar te va a proteger? ¿Qué piensan esas personas? En verdad son tareas para la sociología y la psicología, que espero cuando salgamos de esto podamos encontrar respuestas, para poder atacar ese patrón de estupidez combinado con valentía.
CONAPRED ha recibido 76 quejas a la fecha por ataques discriminatorios hacia el personal médico. Sean doctoras, enfermeros, administradores.
Esto por desgracia no es nuevo, y en las historias de las pandemias podemos leer y entender que los idiotas temerosos siempre han existido.
Siempre han estado esos grupos de individuos con la seguridad de un león pero con la mente de un cacahuate que atacaban a los alquimistas que buscaban curas y remedios, los idiotas que quemaban a las mujeres so pretexto de la brujería, los idiotas en contra de las vacunas en el pasado y en nuestro presente, los idiotas tierra planistas.
La ignorancia genera seguridad. Si uno cree que lo sabe todo, no duda de nada y camina con la frente en alto, el mundo se vuelve tuyo hasta que ves a otro ser y empiezas a temer, a dudar y esa duda y miedo te llevan a la violencia. La iniciativa del idiota es peligrosa.
En esta pandemia ya hemos visto ataques con cloro a personal médico, cartas amenazantes a doctoras y enfermeros, intentos de incendiar un hospital para que no llegue el COVID-19. Este último denota totalmente a estos idiotas con iniciativa.
Quemar el hospital para que nadie se cure, y por ende su pueblo (fue en Morelos) se infecte completamente y sin apoyo.
Si estamos en la era de la gran tecnología, y de grandes avances científicos, también estamos en la era de los idiotas retadores y que tienen sus propios datos sustentados en la religión y el dogma.
No hay nada más peligroso en este mundo que los pendejos con iniciativa.
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