Entre lo que heredó el ex delegado Jorge Romero al actual titular de gobierno en la Benito Juárez está la inacabada obra de remodelación del Mercado Santa Cruz Atoyac, que está a punto de cumplir 10 meses —“más los que se acumulen”, según el sarcasmo de queja de los locatarios–, lo que implica que los comerciantes sigan lidiando con pérdidas económicas, inclemencias del clima, inseguridad e improvizaciones del trabajo en la vía pública.
Javier Billazetín Cerón, secretario general del mercado, acusó que entre las afectaciones hay generación de fauna nociva, que está llegando hasta las casas de los vecinos circundantes. Problemas adicionales son el calor extremo que se genera por las tardes o las inundaciones de las que los vendedores fueron víctimas durante la temporada de lluvias.
Además, los comerciantes que se instalaron desde el 10 de enero sobre la calle De la Misericordia –acceso principal a Tenayuca–, mensualmente desembolsan 22 mil pesos para la carpa que los “protege” y 30 mil más por servicios de seguridad privada. Que, en suma con la reducción de ganancias de hasta 50%, dan como resultado que los locatarios estén cansados económica y moralmente.
“Es una combinación muy mala, ventas bajas y mayores gastos, nuestro bolsillo ya está muy golpeado”, manifiestó que incluso algunos comerciantes abandonaron de plano la venta, mientras que otros se vieron orillados a ofrecer productos diferentes.
Los primeros cuatro meses de obra, todo indicaba que se avanzaba mejor que las expectativas, contó el secretario; Grupo Inmobiliario Saida, empresa responsable de la remodelación, trabajó hasta con 60 trabajadores, por lo que parecía seria la promesa de entregar la obra en seis meses. Sin embargo, la falta de pago provocó que la empresa frenara la remodelación.
Bellazetín explicó que el retraso fue debido a un problema con el recurso, pues éste correspondía a 2014, por lo que se debía contar con un convenio entre los gobiernos federal, del Distrito Federal y Delegacional para poder costear la obra en 2015. pero el GDF emitió fuera de tiempo el documento. Este retraso generó un problema en la Dirección de Finanzas de DBJ para concluir el ciclo natural de trámite para el pago de las estimaciones a Saida.
Hace tres semanas, la empresa volvió a suspender la obra porque aún se les debían 8 millones de pesos. Por lo que Saida se comprometió a reanudar la construcción con el 100 por ciento del personal una vez que “cayera” la mitad de lo que se debía. Dos días después se pagaron 4 millones de pesos, pero la empresa no cumplió. “Aproximadamente semana y media estuvieron con cuatro trabajadores”, acusó Bellazetín. Apenas la semana pasada hubo ya más trabajadores dedicados a la remodelación.
Saida justifica su retraso debido a que el material que se utilizaría en los acabados, Deck, se importó de España y al llegar a México fue decomisado. Pero la empresa no ha presentado la factura de compra de dicho material. Según información de la Delegación, ya está buscando otro material, pues el de Deck lo dan por perdido.
Saida tiene en curso 10 obras más en BJ, y la remodelación del mercado fue por adjudicación directa porque Saida manifestó ser solvente para concluir la obra aunque no se le pagara hasta el final de la obra. Javier Billazetín solicitó una audiencia con el delegado Christian Von Roehrich y con el director de finanzas de DBJ, a fin de verificar que el pago a la empresa vaya en proceso y se acuerde una fecha de entrega. (Mariana Malagón)
comentarios