STAFF / LIBRE EN EL SUR
La trotapista del Parque Hundido es utilizada indebidamente por “paseadores” de perros, niños en patines, jóvenes en bicicletas, familias que caminan por ahí y corredores que van en sentido contrario de la circulación habitual, que debe ser contra las manecillas del reloj.
Caminito de perros.
Ni la pandemia frena la insana convivencia entre paseantes y corredores, lo que ha dado como resultado conflictos que llegan incluso a la violencia física, como ocurrió el viernes 10 entre una mujer y un hombre que se acusaron mutuamente de agresiones físicas y verbales.
Paseo peatonal.
Libre en el Sur pudo constatar al mediodía de este domingo el caos, donde hasta policías bloquean la pista, recientemente pintada de azul por la Alcaldía BJ con los marcajes de distancia en sentido opuesto a la señalización oficial, lo que confunde aún más a los corredores.
Marcaje de distancias en sentido opuesto a la señalización.
El mal uso de la trotapista es animado por los propios padres de familia, que gustosos acompañan a sus niños en patines, en vez de advertirles que eso va contra las reglas del parque y de la convivencia.
Y quienes sueltan a sus perros en la pista –que tiene un kilómetro de longitud–, violan además la Ley de Cultura Cívica, que prohíbe expresamente llevar a las mascotas sin correa.
Reglamento.
De nada parecen servir los letreros en que se fijan las reglas de uso de la vía en el sentido de que no se puede usar más que para correr: una chica la improvisa como ciclopista, faltaba más.
El recubrimiento de tartán de la trotapista es tan delicado, que se especifica que no se pude usar sino con zapatos para correr.
Como ciclopista.
Frente al confinamiento para perros del parque, un grupo de 10 personas se aglutinó para ver las gracias de los animales, a pesar del riesgo sanitario que ello implica en tiempos de pandemia. Y dos vigilantes permanecieron parados por 15 minutos en la trotapista, bloqueando el paso de los corredores. Vaya ejemplo de autoridad…
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