Con la mira puesta aún en el 2018 pese a la caída de popularidad y la insolvencia en la resolución de diversos problemas que aquejan a la capital del país, Miguel Ángel Mancera, jefe del gobierno capitalino cada día que pasa abre más frentes de guerra.
Disputas y enfrentamientos con la ciudadanía por obras que no fueron debidamente consensadas y en las que se tuvo que aplicar la mano dura para iniciarlas a toda costa y pese a las protestas vecinales. Como es el caso del túnel que pasará por debajo de Insurgentes sur a la altura de Río Mixcoac; inseguridad en diversos puntos de la ciudad con la presencia velada del crimen organizado y narco ejecuciones, como es el caso Narvarte; construcciones irregulares que violan todas las normas establecidas y son solapadas por su gente, como es la proliferación de condominios de más pisos a lo permitido; saqueo en diversas demarcaciones de administraciones salientes, donde se robaron todo lo posible; baches que crecen como cráteres en todas partes de la ciudad y que urge encarpetar; crecimiento e invasión del ambulantaje por doquier; presencia violenta e impunidad de los anarquistas que aparecen en marchas destruyendo todo a su paso. Ello entre otros de los tantos conflictos que padece la megalópolis, sin dejar de mencionar los problemas de movilidad, tránsito y el pleito entre los taxistas concesionados y Uber, así como la saturación del Metro y el Metrobus.
El caso más sonado de las obras irregulares es el de Polanco, donde han resultado involucradas la empresaria de apellido impronunciable Aramburuzabala y la esposa del conductor de noticias del principal espacio de Televisa, un caos de nuevas edificaciones que se multiplica por doquier. Basta darse una vuelta por el Eje8, antes conocido como José María Rico, donde se erigen monstruosas edificaciones denominadas condominios.
Lo del ambulantaje y su proliferación es en verdad espeluznante. Todos los días aparece en la vía pública, principalmente en las entradas y salidas del Metro como en sus andenes, nuevos “emprendedores” dispuestos a conquistar las banquetas y todo espacio público disponible. Bastaría también darse una vueltecita por Insurgentes sur, a la altura de la sede de la Judicatura para toparse con decenas de ellos imposibilitando el caminar por la acera y hasta por el primer carril, donde los vendedores informales con sus unidades móviles se han apropiado hasta de la cinta asfáltica. Ahí también decenas de taxis concesionados hacen base a la espera de usuarios.
La lista en verdad es larga.
Empero, el tema más recurrente entre los ciudadanos es el incremento de la inseguridad en la llamada ciudad Rosa. Ejemplos hay muchos, mencionaré el incremento de los asaltos a cuentahabientes en las delegaciones Cuauthémoc y Benito Juárez que se han disparado en un 29 por ciento en los tres meses recientes. Asaltos a mano armada que por un puñado de pesos los criminales son capaces de matar.
Y aun cuando el jefe del Gobierno Capitalino se empecina en señalar que no hay crimen organizado en México, en la mente de los ciudadanos está aún el caso Heaven y los jóvenes levantados para aparecer asesinados en un triste paraje del estado de México, en un ajuste de cuentas de bandas narcomenudistas que operan en el corredor Condesa, Roma, Zona Rosa.
Esta semana aparece una notita en la sección policiaca de algunos diarios que cuenta la aprehensión de un ex policía federal acusado de ejecutar a cinco integrantes de una familia en el Ajusco y que era operador de Édgar Valdez Villareal “La Barbie” en el tráfico de drogas en el Distrito federal. El sujeto vendía grandes cantidades de cocaína y mariguana en nuestra gran ciudad a través de su banda “Nueva Generación”, misma que integraban sicarios y narcomenudistas.
En reciente publicación el diario estadunidense The Wall Street Journal indica que el incremento de la delincuencia “sacude a la ciudad de México, gobernada por Miguen Ángel mancera espinosa”. Detalla que el aumento de los asesinatos en la capital mexicana aviva los temores de que las “brutales” bandas del narcotráfico hayana acaparado el Distrito Federal para sus operaciones.
Contra las palabras de Mancera en el sentido de que “no tengo ninguna noticia de que haya un cartel en la ciudad de México”, el rotativo estadunidense afirma que se ha registrado un incremento en los homicidios violentos de un 21 por ciento, al tiempo que el consumo de drogas en la capital ha registrado ha crecido en un 17 por ciento en los últimos tres años, fundamentalmente entre los sectores juveniles.
Hiram Almedia, secretario de la secretaría de Seguridad Pública del DF, ha enfatizado que la delincuencia en la capital no está relacionada con una presencia cada vez mayor de las bandas criminales, y atribuyó a “un fenómeno temporal” el aumento en los homicidios en lo que va del año.
La percepción de la ciudadanía dice lo contrario a lo que piensan las autoridades, no sólo ha aumentado la delincuencia común, sino se percibe la presencia de los criminales organizados. Posiblemente será cosa de percepciones, pero son constantes las notas rojas de ejecutados.
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