STAFF/LIBRE EN EL SUR
Por segunda ocasión consecutiva, la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) decidió por unanimidad mantener el objetivo para la tasa de interés interbancaria a un día en un nivel de 8.25 por ciento, en línea con lo esperado por el mercado y con la acción similar reciente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos.
En el segundo anuncio de política monetaria del año, el banco central explicó que esta decisión considera que la evolución reciente de la inflación y de sus principales determinantes no muestran cambios significativos respecto a las trayectorias previstas.
Asimismo, que la posición cíclica de la economía ha mostrado cierto relajamiento, y que la postura de política monetaria actual es congruente con la convergencia de la inflación a su meta, refirió.
El instituto central destacó que entre enero y la primera quincena de marzo, la inflación general disminuyó de 4.37 a 3.95 por ciento, reflejando menores incrementos en los precios de los energéticos y de los productos agropecuarios.
No obstante, precisó, algunos de los choques favorables que han conducido a esta reducción recientemente han comenzado a revertirse, en particular, los precios de los energéticos aumentaron en la segunda quincena de febrero, por incrementos en los precios de sus correspondientes referencias internacionales.
Así, aún persiste un balance de riesgos al alza para la inflación respecto a su pronóstico, en un entorno de marcada incertidumbre, entre los cuales destaca la posibilidad de que la cotización de la moneda nacional se vea presionada por factores externos o internos.
Mencionó que la inflación también se podría ver afectada en caso de que se observen mayores presiones sobre los precios de los energéticos o de los productos agropecuarios, o si se presenta un escalamiento de medidas proteccionistas y compensatorias a nivel global, o en caso de que se deterioren las finanzas públicas.
Adicionalmente, dada la magnitud de los aumentos en el salario mínimo y su posible impacto directo, se enfrenta el riesgo de que estos propicien revisiones salariales que rebasen las ganancias en productividad y generen presiones de costos, con afectaciones en el empleo formal y en los precios, anotó.
El Banxico subrayó que para elevar de manera sostenida el poder adquisitivo de los salarios es necesario considerar el papel de otras políticas públicas, en particular, fomentar la competencia en aquellos sectores de bienes y servicios con una participación elevada en la canasta de consumo de los segmentos de la población de menores ingresos.
Como riesgos a la baja, añadió, se encuentran el que se presenten menores variaciones en los precios de algunos bienes incluidos en el subíndice no subyacente, o que las condiciones de holgura se amplíen más de lo previsto.
Considerando los retos que se enfrentan para consolidar una inflación baja y estable, así como los riesgos a los que está sujeta la formación de precios, anunció que la Junta de Gobierno del Banxico tomará las acciones que se requieran.
De tal manera que la tasa de referencia sea congruente con la convergencia de la inflación general a la meta del Banco de México (3.0 por ciento, más/menos un punto porcentual) en el horizonte en el que opera la política monetaria.
La Junta de Gobierno informó que mantendrá una postura monetaria prudente y dará un seguimiento especial, en el entorno de incertidumbre prevaleciente, al traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios.
También, a la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos, en un contexto externo en el que persisten riesgos, así como a la evolución de las condiciones de holgura en la economía.
Ante la presencia y posible persistencia de factores que, por su naturaleza, impliquen un riesgo para la inflación y sus expectativas, la política monetaria se ajustará de manera oportuna y firme para lograr la convergencia de esta a su objetivo de 3.0 por ciento, así como para fortalecer el anclaje de las expectativas de inflación de mediano y largo plazos para que alcancen dicha meta.
Por otra parte, el Banxico comentó que la información disponible sugiere que a principios de 2019 la actividad económica en México continuó mostrando un bajo crecimiento.
Ello como consecuencia de la desaceleración de la economía global, de cierta debilidad de la demanda interna y de algunos factores de carácter transitorio que pudieron haber afectado al crecimiento en el primer trimestre del año, expuso.
De esta forma, apuntó, se considera que las condiciones de holgura en la economía se relajaron hacia finales de 2018 e inicios de este año, y por todo ello, el balance de riesgos para el crecimiento continúa sesgado a la baja.
NOTIMEX.
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