MARIO BRAVO SORIA
El multifacético artista español, Luis Eduardo Aute, falleció este sábado a la edad de 76 años en la ciudad de Madrid, dentro de las instalaciones de un sanatorio de la capital de aquel país europeo.
Luis Eduardo Aute Gutiérrez, nombre completo del virtuoso artista, nació un 13 de septiembre de 1943 en Manila, Filipinas; a sus 11 años de edad, junto a su familia se mudó a Madrid, ciudad de la cual haría su trinchera y residencia durante gran parte de su vida.
En dicha ciudad tuvo que padecer las consecuencias de la dictadura del general Francisco Franco; en 1967 vio la luz su primer disco, Diálogos de Rodrigo y Ximena, ante lo cual iniciaba así una larga hoy entrañable carrera musical. Entrada la década de los setentas y con un dictador ya anciano pero aún represor (como todos los dictadores), Luis Eduardo Aute se atrevió a desafiar las morales anquilosadas y con olor a podredumbre, esto desde distintas canciones que abordaban una temática erótica, finamente expuesta en letras que eran cantadas por la juventud de la época.
De ahí en adelante, los discos, canciones, poemas, dibujos, guiones de cine y demás fueron fluyendo como agua que corre en un río de intensas corrientes, pues si algo caracterizó a dicho artista fue su actitud prolífica para dar cuenta del mundo en el que vivió.
Tras un infarto cerebral ocurrido durante el año 2016 y el cual le mantuvo en estado de coma durante dos meses, su salud se vio severamente afectada, siendo ese el motivo para que se retirara de los escenarios desde aquel año y hasta la fecha.
Dueño de un intenso mundo interior
Aute ha sido un artista en toda la extensión de la palabra: poeta, dibujante, escultor, director de cine, cantautor, músico… sin duda nos encontramos ante un ser humano dueño de un mundo interior inmenso, el cual buscaba exponer y comprender a través de las múltiples expresiones artísticas desde las cuales podía demostrar todo aquello de lo que él estaba hecho.
Autor de temas ya clásicos en el repertorio de la denominada Canción de autor, tales como “Al alba” (letra desde donde critica fuertemente las ejecuciones de la dictadura del general Francisco Franco en España); “Las cuatro y diez”, “Sin tu latido”; “De alguna manera”; Alevosía” o “Anda”, el cancionero de Aute es ya parte no sólo de la España de la Transición a la democracia, sino que ha sido adoptado por las nuevas generaciones, que han visto en él a un viejo sabio capaz de señalar tanto al rey desnudo, como también a alguien con el talento suficiente para dar testimonio de la belleza cotidiana de la vida.
Durante 2012 publicó uno de sus discos más íntimos, bellos, poéticos, retrospectivos y finamente creados de toda su trayectoria musical: El niño que miraba el mar funciona así como una especie de testamento vital de aquel Luis Eduardo Aute que miraba al pasado desde aquella producción discográfica, con un tema —homónimo al disco— de una manufactura poética magnífica, desde donde el artista nacido durante 1943 en plena Segunda Guerra Mundial, evocaba su infancia con un verso de esta envergadura:
Cada vez que veo esa fotografía
Que huye del cliché del álbum familiar,
Miro a ese niño que hace de vigía
Oteando el más allá del fin del mar. Aún resuena en su cabeza el bombardeo
De una guerra de dragones sin cuartel,
Su mirada queda oculta pero veo
Lo que ven sus ojos porque yo soy él.
Uno de los momentos musicales más recordados de Aute, sin duda alguna, ha sido el concierto denominado Mano a Mano, grabado en directo junto al cantautor cubano Silvio Rodríguez; en dicho disco se presentan los temas más emblemáticos de ambos trovadores, quienes un 24 de septiembre de 1993 derrocharon talento y virtuosismo en la plaza de toros de Las Ventas, ubicada en la ciudad de Madrid. De dicha presentanción fue que se extrajo el material que se hallaba en el álbum Mano a Mano, el cual ya resulta un icono dentro de la discografía de los dos músicos.
Tras el fallecimiento de Aute, se pierde a una de las voces más críticas en contra de las injusticias sucedidas no sólo en España sino en el resto del mundo, pues es reconocido el compromiso que el artista siempre mostró con causas sociales que luchaban a favor de los Derechos Humanos. Un genio artístico se apagó hoy en Madrid; admirador de Bob Dylan, de los franceses Jacques Brel y Georges Brassen, gran lector y hombre de paz… con su muerte se apaga un genio artístico extraordinario e inicia una leyenda dentro del ámbito poético y musical.
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