Las fotografías que presentamos son en algunos casos imágenes poco conocidas de ese México de principios del siglo XX y esta simbiosis que tenemos los mexicanos con la figura de la muerte.
ADRIÁN CASASOLA
Desde tiempos inmemoriales, la figura de la muerte ha estado presente en ceremonias prehispánicas, así como en códices y figuras creadas por nuestros antepasados. Se le han dedicado altares y templos y se le ha rendido tributo. A lo largo de los años y hasta llegar al siglo XX, la cultura mexicana ha tenido una estrecha y simbiótica relación con la muerte, quizá única con respecto al resto del mundo, por lo que en esta exposición tendremos la oportunidad de descubrir y admirar fotografías que dan muestra de ello.
Las fotografías que presentamos son en algunos casos imágenes poco conocidas de ese México de principios del siglo XX y esta simbiosis que tenemos los mexicanos con la figura de la muerte.
Por ejemplo, esta costumbre en la provincia mexicana de retratar a los niños cuando fallecían. Se les vestía con túnicas o trajes improvisados, y éstos se cubrían de motivos religiosos para que los niños parecieran “santitos” y se convirtieran en una protección adicional para las familias. Luego eran retratados con madres, padres, abuelos y hasta mascotas. Un tranvía eléctrico que fungía como traslado oficial de los difuntos y que estaba acondicionado para albergar las coronas de flores, el féretro y a los familiares dolientes. Un hombre cargando un ataúd de madera, que por sus dimensiones fue creado para enterrar a un bebé o niño.
Además aparecen en estas imágenes personajes icónicos mexicanos, como el general Emiliano Zapata asesinado en Chinameca, Morelos. Dicha imagen fue utilizada para cobrar la recompensa que el gobierno ofrecía por su captura o muerte. Tres hombres entre ellos mi bisabuelo, mostrando la ropa ensangrentada del Presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez, e investigando sus muertes un año después de su asesinato. Otro personaje revolucionario es Venustiano Carranza, quien aparece rodeado de sus colaboradores y cubierto por la bandera nacional. Fue asesinado en Tlaxcalantongo, Puebla en mayor de 1920.
Estas y otras 12 fotografías están presentes en la exposición “Una mirada a la muerte en México, 1910-1923” que se expone actualmente en Paris desde octubre y hasta la primera semana de noviembre en la galería Art+Art. De esta forma, el público francés tendrá oportunidad de observar de cerca las fotografías con todos sus detalles. ¡Saludos, queridos lectores!
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