Libre en el Sur

Muestra el enmascarado Peatónito calamidades que sufren transeúntes en las proximidades de la Comisión de Derechos Humanos

Un nuevo superhéroe ha surgido entre el caos de la selva de concreto. Se llama Peatónito y se dedica a hacerle justicia a los transeúntes de la ciudad de México. Él escala sobre autos que invaden las banquetas, remueve obstáculos, pinta con su bote de laca los pasos de cebra que hacen falta y marca banquetas sin tapa para advertir a los caminantes sobre el peligro que los acecha.

Ataviado con máscara y capa negras, esta tarde dio un “tour” a integrantes de la Red Mexicana por Ciudades Justas, Democráticas y Sustentables, que realizan su segundo encuentro en la sede de la Comisión de Derechos Humanos del DF. De manera sorpresiva, Peatónito llegó al auditorio Digna Ochoa de esa institución e invitó a los estudiosos y activistas en temas urbanos y ambientales a realizar un recorrido por la colonia Axitla, un pueblo antiguo que se encuentra en los límites de las delegaciones Álvaro Obregón, Coyoacán y Benito Juárez.

Antes de iniciar, el enmascarado pidió a los convocados que al caminar por las callejuelas imaginaran ser discapacitados y reflexionaran sobre cómo debería ser la ciudad. Los paseantes pudieron constatar la ausencia de rampas para discapacitados, y en cambio la existencia de coladeras sin tapa y llenas de basura, encharcamientos, aceras rotas y autos estacionados sobre las banquetas, bloqueando completamente el paso de los peatones.

A la mitad del recorrido Peatónito (que sin máscara se llama Jorge Cáñez y estudia Ciencia Política en el ITAM), se detuvo para informar sobre la escalofriante estadística: Entre uno y dos peatones mueren al día, víctimas de su propia ciudad.

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