“La expansión de la ciudadanía es una condición de éxito de una sociedad y de la satisfacción de sus aspiraciones. Es en este entorno que se debe juzgar la calidad de la democracia. La medida del desarrollo de una democracia está dada, por lo tanto por su capacidad de dar vigencia a los derechos de los ciudadanos y constituir a estos en sujetos de las decisiones que los afectan.”
Con esta frase, del abogado y politólogo argentino Guillermo O´Donnell, comenzaremos el tema de hoy, la participación ciudadana en el Distrito Federal.
Comenzaré dando la definición del Doctor Jorge Balmis, como “toda forma de acción colectiva que tiene por interlocutor al Estado y que intenta influir sobre las decisiones de la agenda pública“.
Otra definición, la de Edgar Esquivel Soler, que la define como el “conjunto de actos y actitudes, enfocados a influir de una forma mas o menos indirecta y legal sobre las decisiones del poder, en el sistema político, con la clara intención de preservar o incidir en la estructura del sistema político, con la clara intención de preservar o incidir en la estructura del sistema de intereses regularmente dominante.
Pero, ¿Cómo podemos llegar a ejercer esta presión social? De acuerdo a la Ley de Participación Ciudadana del Distrito Federal en su artículo 2º, los capitalinos contamos con varios instrumentos para poder ejercerla, como son el plebiscito, referéndum, iniciativa popular, consulta ciudadana, colaboración ciudadana, la rendición de cuentas, la difusión pública, entre otros, centrándome en específico en los primeros dos recursos.
Tenemos en primer lugar el plebiscito, contenido en la fracción I del artículo arriba mencionado, consistente en que el Gobierno del Distrito Federal o a través de cualquier instancia, consulte a los electores para que expresen su aprobación o rechazo a actos, que sean trascendentes para la vida pública de la Ciudad, antes de que se lleven a cabo. Es de suma importancia este medio para debatir temas de índole administrativo, como son los parquímetros, algunos programas sociales, tarifas de transporte público o las obras públicas de amplio impacto.
En segundo término, tenemos al referéndum, contenido en la fracción II de la ley del tema, instrumento de participación directa mediante el cual la ciudadanía manifiesta su aprobación o rechazo sobre la creación, modificación, derogación o abrogación de leyes propias de la competencia de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Los ciudadanos comprometidos con todo lo que le sucede a nuestra ciudad, estamos convencidos que tenemos que hacer algo, y hemos decidido participar en la construcción de una mejor sociedad; desde la participación ciudadana organizada, vamos a promover la reconstrucción del tejido social fomentando la recuperación de valores como el respeto, la inclusión, la honestidad, la responsabilidad y la solidaridad.
La preocupación central de una democracia auténtica consiste en garantizar que todos los miembros de la sociedad tengan una posibilidad real e igual de participar en las decisiones colectivas. Pero la democracia no se agota en las elecciones o en la posibilidad de que los ciudadanos escojamos a nuestros gobernantes cada cierto numero de años. Hay muchos asuntos en los cuales es posible, y conveniente, escuchar la voz de los ciudadanos. Debe garantizar toda una serie de mecanismos de participación directa para que nos involucremos en el diseño y funcionamiento de las instituciones públicas y evaluemos y controlemos la gestión de quienes hemos elegido para que nos gobiernen. La participación directa, entonces, se materializa en los mecanismos de participación que marca la ley, en las formas de participación de estudiantes, jóvenes y trabajadores, en la vigilancia y fiscalización de la gestión pública, en la participación en la función administrativa, en la administración de justicia por particulares (árbitros o conciliadores), en los mecanismos judiciales para la protección de intereses públicos, entre otros.
Sin duda, contamos con métodos para ejercer presión y posteriormente modificar políticas e incidir en las instancias tomadoras de decisiones, teniendo nosotros como obligación el estudio y conocimiento de las mismas, para así poder ejercer una democracia plena. Ejerzamos nuestros derechos, los medios están plasmados en el papel, echemos a andar estos mecanismos de la sociedad.
*Doctorante en Filosofía del Derecho
*Ex Diputada Local por Benito Juárez
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