No obstante las obras de remodelación de la plaza Valentín Gómez Farías, en San Juan Mixcoac, las monjas dominicas cuyo convento ocupa el inmueble donde vivió el abuelo de Octavio Paz, don Ireneo –y en el que el propio escritor pasó parte de si niñez y adolescencia–, elaboran y expenden como todos los años su tradicional Rosca de Reyes, conforme a una receta que guardan meticulosamente desde hace casi medio siglo.
Actualmente, la mencionada plaza –ubicada en la confluencia de las calles Augusto Rodin e Ireneo Paz– se encuentra en la etapa de sustitución del piso en su totalidad, por lo que el acceso peatonal a la entrada principal del edificio se ve muy restringido. Sin embargo, las religiosas expenden sus roscas en tres tamaños diferentes, consideradas entre las mejores y más auténticas de la ciudad de México, a través de una puerta lateral de su convento, sobre la calle de Ireneo Paz. La vendimia se lleva a cabo entre las 10:00 de la mañana y las 8:00 de la noche.
Durante todo el año, las monjas de Mixcoac, como se les conoce, elaboran y venden diversos productos de temporada, que son muy demandados. Así, además de la Rosca de Reyes de cada enero, es célebre su Pan de Muerto del mes de noviembre. También elaboran buñuelos en diciembre, chiles en nogada en agosto y septiembre y tamales, galletas y chiles en vinagre de manera permanente. Las hermanas dominicas ofrecen asimismo una extensa lista de productos que se realizan por encargo o para celebraciones particulares.
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