Libre en el Sur

Pongamos alto al ruido en BJ *

En esta ocasión les hablaré de la contaminación acústica, la cual es definida por Protección Civil del Distrito Federal como “el exceso de sonido, de ruidos que alteran las condiciones normales del ambiente y son generados por actividades humanas; uso de automóviles (ruidos de motor, claxon), la promoción de artículos para su venta con equipos de sonido, actividades industriales, la cual produce efectos negativos a la salud de las personas”.

Dichos efectos negativos pueden ser físicos, como presión arterial alta, modificación del ritmo respiratorio, tensión muscular, dolor de cabeza, tensión, molestias auditivas; o psicológicos, como estrés, irritabilidad, trastornos del sueño, mala memoria, falta de atención o mal humor.

En lo que se refiere al ruido producido por restaurantes o bares y como experiencia personal, hace un par de años, vecinos de la colonia Ciudad de los Deportes y la de la letra, enfrentamos una incesante batalla para clausurar un bar llamado Voga, el cual infringía todo tipo de ordenamientos. El ruido era excesivo y a altas horas de la madrugada, sobrepasando por mucho los horarios establecidos por la Ley de Establecimientos Mercantiles del Distrito Federal. Acudimos en diversas ocasiones a hacer las denuncias correspondientes a la delegación, que es la encargada de ordenar las verificaciones a establecimientos mercantiles de acuerdo con la Ley de del Instituto de Verificación Administrativa del Distrito Federal, obteniendo solo omisiones por parte de la administración delegacional, por lo que nos vimos en la necesidad de acudir a otras instituciones como el GDF, el INVEA, Secretaría de Protección Civil, Secretaría de Medio Ambiente, SSP y PGJDF, quiénes por fortuna nos atendieron y clausuraron, hasta la fecha, dicho establecimiento. Sin embargo hay decenas de establecimientos de alto impacto, que bajo el amparo de la corrupción delegacional, siguen afectando a lo juarenses.

Aunado a ello, las innumerables construcciones que se llevan a cabo en nuestra demarcación incumplen también con el Reglamento de Construcciones para el Distrito Federal, que establece para protección a colindantes, que no se podrán llevar a cabo obras en horarios que perturben a terceros y que solo se harán en horario diurno, que generalmente comprende de lunes a viernes de las 8:00 horas a 18:00 y sábados de 8:00 a 13:00. Sin embargo, la mayoría de las obras rebasan permanentemente estos horarios e inclusive trabajan en horario nocturno, contaminando entonces con ruido y vibraciones a los vecinos. Como en el caso anterior, se hacen las denuncias, pero la delegación continúa omisa a su obligación de hacerlas cumplir con la ley.

Otro caso muy lamentable es el que hace unos días sufrieron los vecinos de la Colonia San José Insurgentes, quiénes por varias noches consecutivas hasta las 3 de la mañana aproximadamente, vieron impedido su sueño y descanso por trabajos de reencarpetado de asfalto en la zona, a cargo de la Delegación Benito Juárez, trabajo que además de no requerirse, dejó en vela a casi toda la colonia con un ruido infernal.

Gozar de un entorno pacífico y armonioso es un derecho humano y aunque el gran crecimiento y desarrollo urbano que presenciamos en nuestra ciudad, lo ha vulnerado sin ninguna consideración, debemos emplear la denuncia ciudadana como la única forma de lograr erradicar estas prácticas que nos contaminan; sigamos levantando nuestra voz.

*Presidenta de Pilumnus, A.C. Ex diputada local y doctorante en Filosófía el Derecho

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