Roberto Remes, titular de la Autoridad del Espacio Público de la Ciudad de México, adelantó que no dará su voto a favor de una intervención en la calle de Mayorazgo, en la colonia Xoco de la Delegación Benito Juárez, si ésta no considera el interés colectivo.
“Lo digo con respecto a Mitikah y cualquier otro desarrollo: cualquier proyecto excluyente me resulta inadmisible”, sostuvo el urbanista, al pedirle su opinión con respecto a la pretensión del fideicomiso Fibra Uno de que le sea cedida en comodato dicha calle, lo que Libre en el Sur dio a conocer este lunes 23.
En un plano arquitectónico, que obra en poder de este medio, se puede observar que lo que pretende Fibra Uno para hacer más atractivo su desarrollo en Mitikha, a través del arrendamiento, es hacer subterránea la vialidad, para que a nivel de superficie se construya una explanada que conectaría los predios que ocupó el Centro Financiero Bancomer en avenida Universidad 1200 y Ciudad Progresiva, un complejo de siete edificaciones a espaldas del Centro Coyoacán y de una estación de la línea 3 del Metro, entre las que se encuentra la Torre Mitikah.
De acuerdo con dicho mapa, que lleva los logotipos de Mitikah y SMA Arquitectos, se afectaría un área pública de 4,799 metros cuadrados, desde la Avenida Universidad hasta la calle San Felipe, que es donde termina el atrio de una iglesia del siglo 17.
La Autoridad del Espacio Público es una de las entidades capitalinas, junto con la Delegación Benito Juárez y las secretarías de Desarrollo Urbano y Vivienda y de Movilidad, a cuya opinión la Dirección General de Patrimonio Inmobiliario (Oficialía Mayor) deberá someter el plan de Fibra Uno en Xoco.
Remes –llamado en las redes y organizaciones cívicas Rey Peatón por el concepto que inventó con ese nombre— considera que más que una explanada (comenta que aún no conoce el estatus que guarda dicha propuesta) sería positivo pensar en una intervención que beneficie el entorno y a su gente, los habitantes del pueblo, haciendo esa vialidad de uso restringido para los vecinos, lo que a la vez significaría una mitigación al impacto urbano provocado por Mitikah.
“Que desde las oficinas de la Sociedad de Compositores hasta la Cineteca sea de tránsito local y de acceso total para peatones y ciclistas”, plantea.
Sostiene que lo que está en entredicho en la Ciudad de México no es el desarrollo inmobiliario, que genera empleos y riqueza, sino su falta de integración con el entorno. Ambas cosas –dice— “no deberían estar peleadas”.
“Es hora –abunda– de que venga un salto muy grande por parte de los constructores en la Ciudad de México. La resistencia a ese modelo se da porque no se hace un esfuerzo de mitigación al entorno, pues los desarrollo tienen una escala muy diferente a lo que es, por ejemplo, un pueblo originario.
“Las edificaciones modernas son piezas que se aíslan del entorno. Ese modelo está a punto de agotarse. La salvación del desarrollo inmobiliario en esta ciudad sólo se dará en la medida en que vaya perdiendo adeptos la resistencia de la gente a partir de un esfuerzo por no romper la vida comunitaria”.
Es por eso que, piensa, cualquier intervención del espacio público por parte de la iniciativa privada debe ser incluyente. En el caso de una explanada sobre la vialidad de Mayorazgo, ésta sólo sería admisible si es para uso de quien simplemente la quiera usar: “Para tocar la guitarra, pintar con gis en el suelo, acceder más fácilmente al Metro. Vamos, para el uso que tiene cualquier plaza pública, que es para toda la gente, a cualquier hora y los 365 días del año”.
En ese sentido, Remes insta a los representantes de Ciudad Progresiva a no ver el pueblo de Xoco “como una oportunidad de tierra barata”, sino como un espacio con historia y vida al que tiene sentido integrase para no abonar a la inconformidad ciudadana. (Francisco Ortiz Pardo).
(En la foto, las obras de Mitikah/Mariana Malagón)
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