Libre en el Sur

Recibe Matos Moctezuma premio ’Princesa de Asturias’… pero ninguna felicitación presidencial

Lo ignora el gobierno de AMLO por haber criticado la manipulación política de la historia.

Recuerda que España y México han vivido en carne propia los efectos de la guerra. “Esto no se olvida, pero tampoco podemos anclarnos en el pasado y guardar rencores, sino mirar hacia delante”, dice al recibir el premio.


LIBRE EN EL SUR/AGENCIAS

El arqueólogo mexicano, Eduardo Matos Moctezuma, recibió este viernes en Oviedo, España, el premio “Princesa de Asturias” de Ciencias Sociales 2022, máximo galardón que se otorga en Hispanoamérica.

El reconocimiento internacional, sin embargo, no recibió ninguna felicitación o siquiera alguna mención por parte del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ni del gobierno que encabeza.
Matos Moctezuma ha criticado la manipulación de la historia con fines políticos, como ha ocurrido durante el actual gobierno.

Al recibir la presea, insistió en el tema de la historia:

“No se puede pretender manipularla ni cometer el despropósito de tergiversarla. Mala consejera es la ignorancia que en muchas ocasiones lleva a la mentira. La historia la escriben los pueblos. Ellos son forjadores de futuros mejores”, dijo.

Matos Moctezuma, que recibió una arga ovación de los asistentes, destacó que en su tarea que ha sido “penetrar en el pasado para traerlo al presente”, la historia nos muestra que España y México han vivido “en carne propia” los efectos de la guerra. “Esto no se olvida, pero tampoco podemos anclarnos en el pasado y guardar rencores, sino mirar hacia delante”.
Y agregó:

“En esto, México y España deben dirigirse hacia un futuro promisorio”, porque ambos países “están unidos por lazos indisolubles”.

Entre los asistentes del evento se encontró la participación de los reyes Felipe y Letizia, así como de la princesa de Asturias, Leonor Borbón y Ortiz con una presencia de mil 300 invitados, cifra superior a la de años anteriores.

Al ser galardonado por su ingente investigación de las culturas prehispánicas y la promoción de su conocimiento, el erudito recordó que “esa moderna máquina del tiempo que es la arqueología” fue el medio para trasponer el tiempo mismo y llegar ante los pueblos que nos antecedieron en la historia. “Así, la historia y la arqueología nos llevan frente a las sociedades del pasado y nos muestran que muchas de ellas fueron creadoras de avances importantes y que, en su devenir, surgieron imperios y gobernantes poderosos que en su soberbia creyeron que serían eternos, pero no fue así”.

Los Premios Princesa de Asturias están destinados a reconocer la labor científica, técnica, cultural, social y humanitaria realizada por personas, instituciones, grupo de personas o de instituciones en el ámbito internacional.

Al recibirlo, Matos Moctezuma afirmó que “México y España están unidos por lazos indisolubles. Así lo expresé cuando se me comunicó la decisión del jurado del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales. Así lo sigo diciendo al recibir este honroso galardón. Lo que hoy son nuestros dos países venían, de siglos atrás, arropados en sus propias historias”.

En el año 1521, explicó, se dio “la conjunción de ellas. En aquel año ocurrió el encuentro de dos maneras de pensar diferentes, de sociedades que tenían su propia visión del universo”.

“En la primera parte de la conquista, el enemigo a vencer por las huestes de Hernán Cortés y miles y miles de aliados indígenas enemigos de Tenochtitlán, eran los mexicas o aztecas. Lograda la victoria militar el 13 de agosto de 1521, comenzaba la segunda parte: la conquista espiritual a manos del aparato ideológico representado por la iglesia, en tanto que se continuaba la conquista de otras regiones para conformar la Nueva España”.

Recordó que “varios siglos debieron de pasar bajo el nuevo orden peninsular con cambios en lo económico, político, social y religioso. Esta situación se vio interrumpida cuando las fuerzas insurgentes alcanzaron la victoria y surgió la nueva nación en el año de 1821. El México independiente iniciaba su propio camino. Pocos años después, en 1836, nuestros dos países acordaron el Tratado de Paz y Amistad y entablaron relaciones diplomáticas después de largas luchas: México reconocía a España y España reconocía a México como nación independiente. Buen ejemplo para superar pasados agravios”.

Hizo hincapié en que la historia nos muestra que “toda guerra conlleva muerte, destrucción, desolación, imposición, injusticia y violencia. España lo ha vivido en carne propia. México también. Esto no se olvida, pero tampoco podemos anclarnos en el pasado y guardar rencores, sino mirar hacia adelante. En esto, México y España deben dirigirse hacia un futuro promisorio”.

Para el promotor del mundo prehispánico y gran divulgador de este campo del conocimiento, los premios y reconocimientos no son solo para las personas o instituciones a quienes se les otorga: “Son también para aquellos maestros que nos formaron; para las instituciones que nos apoyaron” y que hicieron posible “desarrollar nuestro conocimiento”.

Recordó a sus maestros como el arqueólogo Román Piña Chán, Johanna Faulhaber y al arquitecto y arqueólogo Miguel Messmacher. Pero también recordó a aquellos que llegaron a México a raíz de la Guerra Civil española y que “fueron para mí faro de sabiduría”, como José Luis Lorenzo, Juan Comas, Pedro Armillas y don Pedro Bosch Gimpera, quien fuera rector de la Universidad de Barcelona en aquellos aciagos años. Refirió también a don Manuel Gamio, al arqueólogo Gordon Childe, por su concepción dialéctica de los procesos históricos; a los historiadores Miguel León Portilla y Alfredo López Austin.

Resaltó también el papel de instituciones como la Escuela Nacional de Antropología e Historia fue su Alma mater, al Instituto Nacional de Antropología a la que ha pertenecido por más de seis décadas, donde ingresó como estudiante y hoy es investigador emérito.

Matos Moctezuma agradeció el papel de la Universidad Nacional Autónoma de México, que propuso su candidatura para el Premio Princesa de Asturias.

Según la semblanza del galardonado publicada por el semanario Proceso, Matos Moctezuma ha desarrollado su trabajo de campo en sitios arqueológicos como Comalcalco, Tepeapulco, Bonampak, Teotihuacán, Cholula, Tula, Tlatelolco y Tenochtitlán.

El arqueólogo mexicano estuvo al frente del ingente trabajo del Proyecto del Templo Mayor, el más importante rescate arqueológico en pleno centro de la Ciudad de México y que lo fue de Tenochtitlán, y encabezó las tareas para el Museo del Templo Mayor, que dirigió.

El 1 de mayo de 1978, al poco tiempo de mostrarse públicamente por primera vez la Coyolxauhqui, el también exdirector del Museo Nacional de Antropología e Historia dijo a Proceso (edición 78) que el Templo Mayor “no es un proyecto para el turismo”.

Y señaló: “No laboramos para el turismo; en mi mente –agregó— no está ahora que alguien venga a visitar estas ruinas y queden bien o mal impresionado. El proyecto se ubica en un contexto ideológico-prehispánico que permita conocer, de una manera integral, al pueblo mexica y así extender mucho de su funcionamiento económico y superestructural y su relación con otros pueblos a los que tenía sojuzgados”.

Agrega Proceso que además de las múltiples responsabilidades de investigación académicas y reconocimientos recibidos en el mundo, Matos Moctezuma es miembro de El Colegio Nacional, la Academia Mexicana de la Historia, la Sociedad Mexicana para el Estudio de las Religiones, la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, el Seminario de Cultura Mexicana y la Academia Nacional de Historia y Geografía, entre otros.

El acta del jurado que otorgó al arqueólogo mexicano reconoció el “extraordinario rigor intelectual del premiado para reconstruir las civilizaciones de México y Mesoamérica, y para hacer que dicha herencia se incorpore con objetividad y libre de cualquier mito. Sus trabajos en Tula, Teotihuacán y, muy especialmente en el Templo Mayor de Tenochtitlán constituyen, por la intensidad y la continuidad de la investigación de campo, páginas ejemplares del desarrollo científico de la arqueología y del diálogo fecundo con el pasado, entre culturas distintas y entre las ciencias sociales y humanas”.

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