En México 7.5 millones de jóvenes han sido obligados a abandonar la escuela a temprana edad por lo que se les dificulta laborar y es entonces que se les menosprecia calificándolos de “Ninis”, pues “NI educación NI empleo” tienen y es ahí cuando se agrava su aguda situación económico- familiar ante el desinterés de gobiernos insensibles, que al abandonarlos los hace presa de grupos criminales que buscan reclutarlos para reformar a sus ejércitos de sicarios, traficantes de droga, secuestradores ligadas a la trata de blancas y la explotación sexual, etc.
Estudios de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos alertan que el tráfico de adolescentes y niños para enrolarlos a bandas criminales ocupa el tercer lugar en el índice delictivo del País; debajo del narcotráfico y la venta de armas, con ganancias anuales de 32 mil millones de dólares. Por ello, voces como la del rector de la UNAM, José Narro Robles, y del presidente de la Asociación Internacional de Universidades, Juan Ramón de la Fuente, continuamente se alzan para demandar educación de calidad y trabajos bien remunerados.
Pero aun cuando gran parte de la responsabilidad corresponde al gobierno federal y los gobiernos de los estados, debemos coadyuvar conjuntamente la sociedad en reinventar una nueva forma de organización sociopolítica a partir de la participación activa de cada uno de nosotros en nuestra comunidad, delegación y país para juntos diseñar, instrumentar y poner en practica una revolución del Estado mexicano en materia educativa, laboral y de protección de los derechos de adolescentes y jóvenes, que sirva para formar ciudadanos responsables.
Ofreciéndoles no más promesas electoreras ni mediáticas, sino soluciones efectivas permanentes como las que el gobierno de izquierda en el Distrito Federal ha puesto en funcionamiento como el exitoso programa “Prepa Sí” y que ahora se ha transformado a “Universitarios Prepa Sí”, con una inversión de mil 200 millones de pesos al año en beneficio de casi 200 mil jóvenes de la Ciudad de México; es decir, toda una generación becada que ha sido arrancada de las garras del crimen y la marginación, para formar una sociedad más justa e igualitaria.
Que sea la educación la prioridad que México reclama, desde el nivel prescolar hasta el posgrado. Una formación sustentada en valores y principios éticos; en el respeto a la pluralidad, la tolerancia y la justicia social. Reinventemos la Política para que sea el instrumento de lucha para alcanzar objetivos claros, a fin de trascender en la historia como la era del cambio con sentido humanista y vanguardia social porque como país debemos apostarle al presente para garantizarnos un mejor futuro.… ¡Hagámoslo!
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