Difícilmente puede encontrarse un modo más contundente y romántico de expresar el amor que con un ramo floral. Este próximo 14 de febrero es ocasión ideal para rescatar esta costumbre que por alguna razón se ha ido perdiendo. Y están en todos nuestros mercados públicos juarenses.
Por Francisco Ortiz Pinchetti
Desde tiempos prehispánicos, las poblaciones ubicadas a orillas del gran Lago de México, en el territorio que hoy ocupa la delegación Benito Juárez, tenían a la floricultura entre sus principales productos. Tal era el caso de los actuales barrios de Mixcoac, Portales, Nativitas o Acacias.
Hoy, la venta de una inmensa variedad de flores de ornato es infaltable en los 14 mercados públicos de la demarcación –lo mismo en la colonia Del Valle que en Narvarte, la Moderna, Álamos, la Nápoles o San Pedro de los Pinos– donde floristas que han heredado esa actividad de sus bisabuelos, sus abuelos y sus padres ofrecen rosas, claveles, orquídeas, violetas, crisantemos, azaleas y begonias, entre muchas otras.
“Todavía quedan jóvenes románticos que aprecian nuestro producto”, dice Asael Barrera, vendedor de flores del mercado Tlacoquemécatl, en el mismo puesto que fundó su abuelo hace medio siglo, cuando se construyó ese centro de abasto ubicado entre las calles de San Francisco, Miguel Laurent y Patricio Sanz. “Es cierto que la venta de flor disminuye año con año, no podemos negarlo”, acepta. “Yo lo atribuyo a que la gente ahora piensa en algún regalo más duradero, no sé”. Sin embargo, confía en que una tradición tan hermosa “retoñe” en los próximos años, porque “definitivamente no puede perderse”.
La venta que el joven florista espera para el próximo 14 de febrero es de unas 180 docenas de rosas rojas, que es la preferida de los enamorados. La demanda provoca que el precio de la flor aumente notoriamente en fechas como esa, cuando la docena de rosas que normalmente cuesta 70 ó 90 pesos llega a cotizarse en 150 o más. “Eso no depende de nosotros, sino de los productores que aprovechan estas fiestas para reponerse económicamente, porque en otras épocas del año la pasan muy mal”, explica Asael.
En ello coincide Rosa González Santamaría, en su puesto de flores del mercado Portales, el 462. “Ciertamente en fechas como el Día de los Novios o el Día de las Madres el precio sube mucho, aunque nosotros pensamos que vale la pena”, dice. “Esas dos ocasiones en que más se vende la flor especialmente las rosas rojas y los tulipanes”. Ella lleva toda su vida dedicada a esta actividad, como lo hicieron su madre y su abuela desde hace más de 90 años. “Mi abuelita empezó en el viejo mercado de Víctor Hugo y Anillas”. Cuenta que ella y su hijo, que ya trabaja a su lado, se surten regularmente en la Central de Abastos o en el mercado de Jamaica, donde se obtiene el mejor precio y muy buena calidad.
Cerca está el puesto de doña Gloria, que hace apenas 15 años se inició en el comercio floral, pero que ya se ha convertido en parte de su vida. “Es algo muy muy bonito, muy noble”, platica sonriente. “Y aunque las ventas han bajado, como quiera puede uno vivir de este trabajo… y alegrar a alguna muchacha enamorada”.
En el mercado Independencia, de la colonia del mismo nombre, Sandra Sánchez asegura que es el Día de San Valentín la fecha del año de mayor venta de flores. “Aquí lo más solicitado es la rosa, la rosa roja sobre todo, porque esa es la flor del amor”, explica. El precio, ni hablar, llega a triplicarse. “También se vende bien el girasol, los tulipanes, la gerbera margarita, los geranios… Es esta fecha es más frecuente que nos pidan ramos, que se les arreglan como Dios manda”.
Sandra es también parte de una familia de floreros que lleva cuatro generaciones, pues sus antepasados se dedicaron a eso desde la fundación del mercado, hace 58 años. Platica que la flor proviene generalmente de Toluca y Villa Guerrero, en el Estado de México, y de varios lugares de Michoacán. “Ora que la mejor rosa es la que se cultiva por el rumbo de Tehuacán, en Puebla, porque es más grande y dura más, más fina”. Considera que la situación económica ha afectado mucho a este negocio. Pero no se amilana: “siempre habrá algún enamorado romántico que diga ‘te amo’ con una
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