Con motivo de cumplirse este jueves 3 de diciembre un año de su fallecimiento, el Instituto Nacional de Bellas Artes rindió un nuevo homenaje al escritor y periodista Vicente Leñero, al que asistieron familiares, colegas y lectores del autor.
En la sala Manuel M. Ponce –donde hace cuatro años Leñero fue aceptado como miembro de la Academia Mexicana de la Lengua–, a través de anécdotas, historias y un desmenuzamiento del trabajo del también dramaturgo mexicano, se llevó a cabo el encuentro para revivir el legado del escritor. Se recordaron los principales periodos de su vida y obra, en la que incursionó en los ámbitos del periodismo, el cine, el teatro y por supuesto, la novela.
Entre el público estaban Isabel y Mariana Leñero Franco, dos de las cuatro hijas del autor de Los albañiles (1964) y Los periodistas (1978), nacido en Guadalajara en 1933 y que pasó prácticamente toda su vida en la delegación Benito Juárez, en su casa y estudio de la avenida Dos en San Pedro de los Pinos.
Con la presencia del escritor José Luis Martínez S., David Olguín, director de teatro y Héctor Orestes Aguilar como moderador, se recordó a Vicente Leñero a través de un video semblanza que inauguró la noche. El encargado de iniciar el homenaje fue el escritor José Luis Martínez S., quien agradeció a los presentes su interés en recordar a tan importante figura, y dijo estar muy agradecido por poder compartir sus reflexiones en torno a Leñero.
Martínez compartió una semblanza del escritor mexicano que finalizó con la frase “Vicente fue lo que siempre quiso ser: un escritor de tiempo completo”. Refirió que Leñero conectaba muy bien con los lectores gracias a algo que admiraba de él: su enorme capacidad de transformar temas comunes, o que algunos considerarían sin importancia en materia prima para grandes textos. “No le hacía ascos a nada, entrarle a la realidad y todos los asuntos con la misma pasión y entusiasmo”, agregó.
En su oportunidad, el director de teatro David Olguín profundizó en la enorme labor de Leñero en el teatro y la dramaturgia que lo convirtió en “uno de nuestros más grandes dramaturgos del siglo XX”. Destacó las obras del dramaturgo y su pasión por el teatro y dijo que a pesar que fue la etapa final de su momento de escribir para teatro, fue el que mejores obras dio, como lo fue La noche de Hernán Cortés. También compartió tres periodos de Leñero en la dramaturgia y señaló que el estilo que desarrolló se diferenció de otros escritores de teatro de su generación ya que iba tras los porqués de los fenómenos sociales que lo rodeaban y que quiso interpretar: “A Vicente Leñero lo que le va a interesar del análisis de la realidad es cómo hacer una disección de los mecanismos detrás de los problemas sociales, no le interesa tanto el análisis minucioso o costumbrista en términos del habla”.
Dijo que siempre pensó que Vicente Leñero era además de uno de los más grandes periodistas y cronistas, uno de los hombres de teatro más apasionados, cuestión que terminó de confirmar cuando al entrar a la Academia Mexicana de la Lengua dedicó su discurso a la dramaturgia. El director de teatro finalizó compartiendo que el año próximo la Compañía Nacional de Teatro presentará ocho o nueve obras del homenajeado, para abundar en sus aportaciones a la dramaturgia mexicana. Entre esas obras se contempla desde luego Los Albañiles, y también otras obras como Alicia tal vez, La visita del ángel y El martirio de Morelos, entre otras.
Foto: Cuartoscuro.
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