Por Dinorah Pizano*
En un zócalo capitalino donde no cabía un alma, ante poco más de 200 mil personas, Roger Waters ofreció lo que muchos llaman el mejor de sus conciertos en nuestro país. Tal vez sea su última aparición en México, al menos en lo que resta de este sexenio. Así es, por desgracia, el fundador y máximo representante del legendario grupo “Pink Floyd” pudiera no regresar.
Con su música que no pasa de moda, nos vuelve a dejar un mensaje igual de claro que “Another brick in the wall”, y en pocas palabras reduce nuestra realidad política y social a un “Renuncia ya”.
Crítico como sólo él sabe ser, Roger Waters habla por todos aquéllos que aún no se atreven a decir lo que piensan o no saben cómo hacerlo porque no tienen voz; sus mensajes fueron claros, directos, congruentes con lo que sucede en nuestro país.
Sumado a una épica producción, digna de la plaza donde cohabitan Coatlicue y Huitzilopochtli, así como nuestra historia inundada de presente, de hombres y mujeres buscando justicia, que quieren ser parte del cambio; nos fue entregado de golpe, momentos de otras historias, de otras latitudes, pero en forma de lluvia.
“Señor presidente, dónde están los más de 28 mil desaparecidos entre hombres, mujeres, jóvenes y niños? ¿Dónde están? ¿Qué les paso?”, cuestionó Waters ante los asistentes al concierto.
“….la gente está lista para un nuevo comienzo, es hora de derribar el muro de privilegios que divide a los ricos de los pobres. Sus políticas han fallado. La guerra no es la solución, escuche a su gente, señor presidente. Los ojos del mundo lo están observando”, añadió Waters.
Lo que Waters logró, fue reunir a gente con criterio propio, a gente como él, inconforme con la realidad en la que vive, ansiosa por un cambio, decepcionada de sistemas y promesas, ofendida por esa política mentirosa, cansada de no sentirse representada por quienes dicen hacerlo; logró reclutarlos en torno a una sola voz por medio de la música, porque la música es de las mejores expresiones sociales y culturales para transformar nuestra sociedad.
Lo que hoy sucede en nuestro país no tiene precedente y Roger Waters no perdió su oportunidad de recordarnos que toda manifestación cultural pacífica, también puede despertar conciencias y abrir oídos sordos. Al tiempo.
*Dinorah Pizano es vecina de Benito Juárez, ex Diputada Local y Especialista en Derechos Humanos por la Universidad Castilla-La Mancha.
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