Con su antecedente en México en un ferrocarril que daba atención a los heridos de la Revolución, ‘Dr. Vagón: El tren de la salud’, ha recorrido 22 estados de la República
El tren cuenta con 17 vagones, 65 doctores, un quirófano, consultorios, cocina, bodega, baños… y hasta un cinito, para atender a población vulnerable. En él se han provisto alrededor de un millón 500 mil consultas gratuitas.
POR NADIA MENÉNDEZ DI PARDO
El tren de la salud fue creado en México en el año 2014, como una iniciativa de grupo México y el apoyo de Ferromex, y comenzó sus recorridos el 29 de mayo de ese año. Desde una perspectiva histórica y terapéutica, el tren fue una innovación tecnológica sin precedente, que permitió salvar vidas y atender heridos.
Es importante anotar algunos antecedentes históricos, tanto internacionales como nacionales de este proyecto.
En 1914 durante la primera guerra mundial, el ejército alemán contaba con los llamados “trenes hospital”, para atender a los heridos y lesionados de la guerra.
Por su parte, el médico James Israel es considerado el creador de los trenes-hospital militares del siglo XX. Los trenes diseñados por el doctor Israel contaban con infraestructura que permitía realizar operaciones durante los viajes y, a su vez, contaban con personal médico, vagones cama -para el transporte de los heridos-, vagones de tratamiento y vehículos de alojamiento, tanto para el personal médico como para los operadores ferroviarios. Hacia el siglo XX, el Ejército Alemán contaba con un un gran número de trenes hospital y México fue uno de los primeros países en utilizarlos a nivel mundial.
En este sentido, en México, el médico Guadalupe Gracia García, promovió e impulsó los llamados quirófanos-ferrocarril, que prestaron sus servicios a los soldados de la Revolución Mexicana. Hacia 1915 los ejércitos de la División del Norte, el del Ejército del Noreste, y el del ejército del Noroeste contaban con tren quirófano.
Los trenes contaban con distintas secciones; había vagones para enfermos, vagones para enfermedades infectocontagiosas; el carro quirófano, que contaba con una mesa de cirugía de mármol; otro vagón con camas, que funcionaba como área de recuperación, el vagón de lesionados y un vagón para médicos quirúrgicos y personal de enfermería.
En la actualidad el Tren de la Salud, fue creado como clínica ambulante que proporciona servicios médicos gratuitos a distintas comunidades marginadas del país. Su primera ruta fue al estado de Chihuahua y a la fecha el tren ha recorrido 22 estados de la república mexicana.
El Tren de la Salud está compuesto por 17 vagones, un quirófano, consultorios, cocina, bodega y baños. En el mismo se realizan estudios de laboratorio y de gabinete, (rayos X, mastografías, colposcopías, ultrasonidos, tomografías), consultas médicas generales, de especialidad y de planificación familiar. Entre los servicios médicos que ofrece están medicina general, medicina interna, pediatría, ginecología, oftalmología, geriatría, dermatología, odontología, quiropráctica y rehabilitación física, además de optometría, nutrición y psicología. El Tren cuenta con 65 profesionales de la salud, con médicos de distintas especialidades, que formalmente, viven en el tren.
En el Tren de la Salud se han atendido alrededor de 400,000 pacientes y se han provisto alrededor de un millón 500 mil consultas gratuitas. Cuenta con una farmacia que proporciona medicamentos, así como auxiliares auditivos y lentes a los pacientes, de forma gratuita. La atención médica en el Tren comienza a las seis de la mañana y las consultas terminan a las seis de la tarde; la jornada concluye con la proyección de una película, ya que cuenta con un vagón de cine.
En opinión de algunos analistas de la salud, el tren ha contribuido a complementar insuficiencias del sector salud mexicano, brindando medicina de primer nivel, medicina de prevención y medicina de detección temprana de enfermedades a comunidades aisladas de carácter marginal.
El tren había funcionado ininterrumpidamente, hasta la aparición de la pandemia de COVID 19, ante la cual tuvo que suspender sus servicios; sin embargo, reinició su ruta 2021-2022 y continúa brindando servicios de salud a sectores de la población que habitan en zonas alejadas, marginadas y con recursos económicos escasos.
Al futuro, y en virtud del exitoso modelo que ha planteado el Tren de la Salud, cabría preguntarse si el servicio del Tren de la Salud se podría “extrapolar” del ferrocarril al transporte por ruedas; i.e., un “Tráiler o Convoy de la Salud”. Esta extrapolación haría posible ampliar el rango y alcance de la red de servicios médicos itinerantes sin depender, de manera exclusiva, de la ruta preestablecida por las vías férreas. Al respecto, el establecimiento de incentivos fiscales e -incluso- de mecanismos de financiamiento preferencial, podrían promover la instrumentación de este tipo de sistemas por agentes e instituciones privados, reforzando su perfil fiscal y -a su vez- ampliando de manera importante la población potencial que podría ser atendida por esta vía, complementando de manera eficiente la provisión de servicios de salud que, en la actualidad, presta el sector público.
Este tipo de esquemas han sido desplegados con éxito para atender -de manera destacada- a poblaciones indígenas en zonas remotas de países tales como Australia, Canadá, Nueva Zelanda y los Estados Unidos.Al respecto, vale la pena mencionar la experiencia de las llamadas “Mobile Health Clinics” o Clínicas Móviles (MHC por sus siglas en inglés) en los EE.UU., las cuales han logrado un éxito importante en la atención a poblaciones vulnerables de regiones remotas, brindando servicios in-situ a dichas comunidades, adaptando sus servicios de manera flexible en función de las necesidades específicas de cada comunidad.
Como vínculo entre los entornos clínicos y comunales, las MHC comprenden los determinantes médicos y sociales de la salud, abordando los problemas de salud desde una perspectiva comunitaria. Adicionalmente, la evidencia sugiere que, en el caso de los Estados Unidos, las MHC han generado ahorros significativos y representan un modelo de prestación de atención rentable que -en efecto- mejora la salud de los grupos más desatendidos.
Es así que el éxito observado por la gestión del Tren de la Salud en nuestro país, así como la experiencia de las MHC en los EE.UU., entre otros ejemplos, pueden servir de base a diseñar esquemas móviles de prestación de atención médica y servicios de salud en México para lo cual, sin embargo, es necesario tomar conciencia de las limitaciones y desafíos que la adopción a gran escala de este tipo de esquemas podría implicar y, en consecuencia, establecer medidas y políticas que efectivamente promuevan su desarrollo en pro del bienestar de la población más necesitada y marginada de nuestro país.
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