Apenas en su segunda edición anual, la Feria del Libro de la delegación Benito Juárez pasó de la pretensión de ser “la mejor feria Internacional del país”, como lo aseguró el delegado panista Jorge Romero en 2013, a ser un triste remedo de sí misma, con sólo 34 stands de editoriales “independientes”.
Hace un año, la primera FIL de BJ duró ocho días, ocupó siete mil metros cuadrados de la explanada delegacional, integró a 177 stands, 40 talleres, 26 espectáculos familiares y contó con la participación de 122 casas editoriales y 14 países invitados. Esta vez, la segunda edición inaugurada este jueves, durará sólo tres días, con apenas 34 stands, 11 locales de comida preparada., Además, dejó de ser “Internacional” y se anuncia en los carteles tristemente como “Feria del Libro”.
En 2013, se contó con recursos del gobierno federal del PRI a través de Conaculta, que aportó 3.1 millones de pesos para su realización. Romero Herrera aseguró muy orondo en esa ocasión que para 2014 “estamos pidiendo más del doble, siete millones de pesos” Y fue entonces que aseguró: “Lo que nosotros pretendemos es que sea la primera feria internacional del libro de todo el país, la mejor de todas”. Resultó, también, una nueva simulación.
En la deslucida inauguración de la segunda edición del evento, ahora convertido en una modesta “feria de barrio” según informó la propia Delegación, el delegado intentó una incomprensible justificación sobre el desinfle del evento cultural: “Más allá de lo que podamos decir, además de la feria, son politiquerías”, dijo textual.
Luego comentó que “lo que nos interesa en este momento es resaltar el trabajo que se hace para fomentar la cultura en nuestra Delegación”. No hizo ya ninguna alusión a la pretensión de convertir la muestra en “la mejor feria del libro de todo el país”. Tampoco explicó los motivos de la drástica reducción en el número de stands y editoriales participantes.
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