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Se salva Estadio Azul de vorágine inmobiliaria… por dos años; se rescatará su uso original para futbol americano

STAFF / LIBRE EN EL SUR

Una inesperada postergación de la demolición del Estadio Azul, en Ciudad de los Deportes, se dio implícita con el anuncio de Alejandro Jaimes, presidente de la LFA, de que en el inmueble deportivo se realizará la apertura de temporada de futbol americano y el Tazón México IV, ambos en el 2019.

De tal forma, la demolición del coloso –el más antiguo de Ciudad de México para jugar futbol— no comenzará este verano, como se tenía previsto, y por tanto las intenciones de desarrolladores inmobiliarios de construir ahí una plaza comercial y un hotel de 220 cuartos serán pospuestas.

El equipo Cruz Azul, orgullo de los juarenses, dejará la que fue su sede durante 21 años — desde la temporada de 1996–, para  alojarse temporalmente en el Estado Azteca, en tanto se construye su nueva casa, posiblemente en Iztapalapa. Anteriormente fue sede de los clubes América(1947-1955), Necaxa (1950-1955) y Atlante (1947-1957, 1983-1989, 1991-1996 y 2000-2002). También ejerció como anfitrión ahí la Selección de fútbol de México, de 1947 a 1955, y en 1992 durante la segunda fase de la eliminatoria mundialista rumbo a Estados Unidos 1994.

 

Partido inaugural en el Estadio de la Nochebuena, con un partido e fitbol americano. Foto: Especial

Pocos recuerdan ya el acontecimiento que para la Ciudad de México, que entonces tenía unos 999 habitantes, fue la construcción de ese coloso. La prensa de la época recogió el asombro que el nuevo el estadio causaba, a través de reportajes especiales publicados en diarios como ExcélsiorEl Universal y el deportivo Esto.

“México tendrá un grandioso estadio de futbol”, cabeceó en su primera plana el periódico As de Futbol del 7 de junio de 1945. Y Excélsior (16/07/1944) reseñó, muy en el estilo de la época: “Por lo que hace a la distribución, amplitud y comodidad del local que quedará fincado en el campo futbolístico, la empresa de la Ciudad de los Deportes  ha puesto todo su entusiasmo de modo que los aficionados disfruten de su espectáculo favorito dentro de las máximas ventajas que las más modernas construcciones en la materia proporcionan, para captar, en toda su belleza y colorido, el desarrollo y la brillantez del emotivo juego”.

Curisoamente, el estadio fue construido originalmente para la práctica del fútbol americano, y utilizado para la práctica de este deporte desde su inauguración hasta finales de la década de 1950. Posteriormente se volvió a utilizar para este deporte desde el año de 1968 hasta principios de la década de 1990 cuando fue negado para la final de la campaña de 1991. Fue inaugurado precisamente con un encuentro de fútbol americano entre los Pumas de la UNAM y Los Aguiluchos del Heroico Colegio Militar, saliendo victoriosos los universitarios por marcador de 16-14.

Luego fue casa de los equipos del Instituto Politécnico Nacional en juegos grandes, además de ser la sede del equipo de los Pieles Rojas de Acción Deportiva. También en este estadio se jugó el primer partido de NFL fuera de Estados Unidos, en 1978, entre los Santos de Nueva Orleans y Las Águilas de Philadelphia.

El primer partido de futbol soccer en este escenario se jugó hace poco más de 70 años, el 5 de enero de 1947, entre el Veracruz y el Racing de Avellaneda,  de Argentina, en el que ganó el equipo mexicano 2-1. Fue sede de los clubes capitalinos América y Atlante, y posteriormente Necaxa hasta 1955.  El primer equipo que jugando como local en este inmueble se coronó campeón de liga fue el Atlante en 1947.

El también llamado Estadio de la Colonia Nochebuena, por su vecindad con ésta, permaneció en desuso entre 1957 y 1983 En 1983 se convierte en casa del Atlante FC y fue rebautizado como Estadio Azulgrana, siendo reinaugurado con un juego de Liga entre Atlante y Atlético Morelia.

Los Potros de Hierro jugaron en este inmueble hasta 1989, ya que se mudaron al Estadio Corregidora de Querétaro. Sin embargo,  regresaron al Azulgrana un año después y resultaron campeones en la temporada 92-93. Ahí permanecieron hasta 1996, ya que el club atlantista regresaría por intereses de su propietario Alejandro Burillo, al Estadio Azteca.

Por su parte, al terminar su contrato de renta en el Estadio Azteca, el Cruz Azul, equipo propiedad de la cooperativa cementera que lleva ese nombre,  alquiló el viejo estadio de la Avenida Insurgentes y a partir del 10 de agosto de 1996 el Estadio Ciudad de los deportes recibió su denominación actual como Estadio Azul.

Entre los más famosos jugadores de La Máquina que han pasado por  el viejo estadio de Insurgentes se cuentan Miguel Marín, Carlos Hermosillo,  Alberto Quintano, Horacio López, Fernando Bustos, Francisco Palencia, Julio Zamora, Héctor Pulido, Guillermo Mendizábal, Christian Giménez, Gerardo Torrado, Héctor Adomaitis, Ignacio Flores y Oscar ‘Conejo’ Pérez.

A lo largo de sus siete décadas de vida, el emblemático Estadio Azul ha sufrido algunas modificaciones con el fin de hacerlo más accesible, cómodo y moderno. Actualmente es el noveno más grande del país y está en magnífico estado.

Cuenta con dos vestidores de fútbol profesional, dos vestidores de preliminares, dos vestidores de árbitros, sala de Conferencias de Prensa, zona de restaurante con capacidad de 264 personas, 23 accesos exteriores y 24 interiores, taquillas, sistema de circuito cerrado con siete cámaras distribuidas en el estadio y 92 Palcos, con mil 210 lugares en total.

Un dato curioso: en 70 años de historia, ningún equipo local se ha coronado en el inmueble, una “maldición” que hasta la fecha pesa sobre el conjunto celeste.

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