En México existe una “cultura pobre” en materia de contratación de seguro de gastos médicos mayores, además de que la mayoría de la población carece de los recursos económicos para ello; no obstante, es de suma importancia hoy en día ya que los costos de atención por la COVID-19 o de alguna enfermedad crónica son elevados y en caso de carecer de esta protección podría descapitalizar a una persona o familia entera.
Así lo señaló Jorge Feregrino Feregrino, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM, quien explicó que en general un seguro previene a una persona de alguna eventualidad, ya sea por situación de salud, accidente automovilístico, fallecimiento, desempleo, reparaciones del hogar, entre otras.
En el caso del seguro de vida, detalló, se trata de una cobertura por fallecimiento, es decir, al faltar la persona asegurada –que puede ser quien más aporta económicamente en el hogar– no deja desprotegida a la familia porque recibirá un monto que le servirá para sobrevivir y dará tiempo para definir cómo ajustar su economía. En ocasiones este tipo de seguros cubren costos funerarios.
Mientras que el de gastos médicos mayores incluye los montos asociados con enfermedades, sobre todo las crónicas; ampara también los asociados al tratamiento de padecimientos como cáncer o diabetes, inclusive de hospitalización que requieren cuidados intensivos.
“Cuando alguien se asegura a una edad más o menos temprana, las primas de riesgo o lo que se debe pagar no es tan elevado, porque supuestamente el asegurado está bien de salud; pero si es un adulto mayor el que necesita el seguro, como es mayor la probabilidad a padecer una enfermedad crónica, los costos son más elevados y las aseguradoras realizan evaluaciones para verificar que no se solicite el seguro cuando ya se tenga algún decaimiento”, comentó.
El universitario indicó que las empresas afirman que sus pólizas son caras porque la atención médica en el sector privado así es; sin embargo, actualmente el panorama es poco alentador porque hay personas que pierden su empleo, las pequeñas empresas registran cierres y, en general, la economía va a la baja. Aunque ha tenido un aumento en sus contrataciones, no es como se esperaba.
“A finales de enero de 2021 se tenía un registro de 24 mil casos asegurados por COVID-19 con un costo de 421 mil pesos en promedio y en el caso de las indemnizaciones las debían cubrir los seguros y por eso van 10 mil millones de pesos durante el mes. La crisis le ha costado a las aseguradoras mil 029 millones de dólares en indemnización en México según la Asociación de Compañías Mexicanas de Seguros”, expuso.
Dijo que de acuerdo con esta institución, de 136 mil fallecimientos por la COVID-19 solo 39 mil contaban con seguro, y de los 943 mil casos confirmados únicamente el uno por ciento está asegurado; lo que quiere decir que en nuestro país hay una “cultura pobre” del seguro (apenas el cinco por ciento) y sobre todo, que gran parte de la población no tiene las condiciones económicas para asegurarse.
ASPECTOS A CONSIDERAR
Para Feregrino Feregrino al buscar un seguro de gastos médicos mayores o de vida es indispensable tener conocimiento de los conceptos, como “primas”; es decir, el monto de dinero que costará el seguro por mes o año.
El deducible es el monto fijo que deberá cubrirse antes de que la aseguradora pague, y es relevante investigar si se trata de una cobertura total, qué cubre, cuánto pagará el asegurado y cuánto la aseguradora.
“Antes de contratar cualquier seguro es necesario revisar las finanzas personales, asegurarse de mantener la actividad laboral, de tener un flujo importante de dinero y sobre todo de leer ‘las letras pequeñas’ de los contratos sobre qué atención se recibirá, que cubra la mayor parte y que dé seguimiento al proceso, porque en casos de emergencia es importante contar con todo el apoyo del seguro que se ha estado pagando”, aconsejó el economista.
Contar con esta protección ya sea individual o colectiva (sobre todo por trabajo) implica una inversión más no un gasto. Es relevante hacer del conocimiento de los familiares que se cuenta con este beneficio, ya que las empresas no buscan a los beneficiarios del asegurado cuando fallece.
En ese sentido, sugirió revisar cómo realizar los trámites para reclamar el seguro, a través de la página web de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros.
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