ANDRÉS ZIMBRÓN
Poco se sabe de los Stingrays, un dispositivo manufacturado por la compañía Harris Corp. y vendido exclusivamente a la policía y fuerzas del orden público en Estados Unidos bajo rigurosos controles de confidencialidad que impiden a las autoridades revelar su funcionamiento, pero existe la certeza que dichos dispositivos aprovechan los errores de cifrado dentro de la red 2G para interceptar la conexión de los smartphones.
El nombre comercial es Stingrays, pero en realidad es un dispositivo que intercepta los códigos de identificación únicos para cada teléfono móvil o IMSI (por sus siglas en inglés), el cual es una herramienta de vigilancia capaz de imitar las torres de telefonía móvil y detectar las señales de celulares enviando una señal que engaña a los smartphones para descubrir su ubicación en tiempo real, información del usuario, número de serie del teléfono o IMEI, entre otros datos.
Al mismo tiempo, recaba información de celulares cercanos. Una versión más sofisticada de este dispositivo es capaz de intervenir llamadas y mensajes de texto. El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) despliega cada año de forma secreta estas herramientas con el objetivo de capturar datos e identificar actividades delictivas, aunque la mayor parte del tiempo solo encuentran información sensible de personas inocentes.
Por otra parte, existe una nueva versión de los simuladores de torres de telefonía móvil donde pueden funcionar a través de la red 4G. Los llamados Hailstorm aprovechan errores en la red y permiten a los policías espiar teléfonos de última generación. Aunque es un proceso aún más difícil, pues cada que un smartphone se conecta a la red 4G ejecuta una lista de verificación conocida como Handshake con el propósito de asegurarse que el teléfono puede conectarse a la red.
Este proceso se realiza mediante un intercambio de mensajes entre la torre celular y mensajes cifrados al dispositivo, incluyendo detalles únicos sobre el teléfono del usuario, su ubicación aproximada y muestra mensajes de Información Maestra (MIB) y Bloques de Información del Sistema (SIB); estos datos confidenciales son transmitidos por la torre para ayudar a conectar los teléfonos inteligentes a la red 4G.
Aunque las autoridades en Estados Unidos desconocen cuántos dispositivos tipo Stingrays están activos en el país, si hay una preocupación por parte del DHS que existan otras compañías que estén vendiendo ilegalmente estas herramientas y puedan ser utilizados por gobiernos externos a través de agencias no autorizadas y espiar a los ciudadanos. La Comisión Federal de Comunicaciones en Estados Unidos (FCC por sus siglas en inglés) hasta ahora no ha realizado una investigación más profunda sobre este tema.
Si bien, puede que los Stingrays sean una herramienta de gran ayuda para detectar actividades ilegales o encontrar información útil para buscar criminales, esta tecnología también plantea serias preguntas bajo las iniciativas que protegen el derecho a la privacidad y el derecho a no ser víctimas de una invasión arbitraria. El público tiene derecho a la divulgación completa de los registros a fin de poder participar en un debate informado sobre la legalidad y el alcance de estos dispositivos además de vigilar estrictamente su uso.
NOTIPRESS.
comentarios