Cada noche tomo nota del recuento de los muertos. Y finjo ante mí misma que es imposible que alguno de ellos pudiera ser mío. Que alguno de ellos pudiera ser yo. POR ORQUÍDEA FONG VARELA 2020. Mi último día “normal” fue el 8 de marzo. Aunque fue extraordinario: miles de mujeres marchamos
Porque la doble jornada dejó de ser una metáfora para convertirse en una agobiante realidad sin tregua y sin horario. Porque si reportear jamás fue un oficio con tiempos establecidos, en el confinamiento se tornó permanente, insomne, planetario. POR IVONNE MELGAR Aun no perdí la pésima costumbre de tocarme la cara, pero he aprendido a […]